Cancillería cuetera
Tarde o temprano todo cae por su propio peso. Mucho ruido y nada de nueces, es lo que Meade ha dejado a Tlatelolco. Recepciones que únicamente llevan boato, cartas de intención, festejos y muchas fotos, pero nuestra imagen en el exterior no ha cambiado. Ahora el Senado ha dejado claro eso, con una reunión que primero se pospuso para seguramente cancelarse en algunas semanas.
Gabriel Reyes OronaTarde o temprano todo cae por su propio peso. Mucho ruido y nada de nueces, es lo que Meade ha dejado a Tlatelolco. Recepciones que únicamente llevan boato, cartas de intención, festejos y muchas fotos, pero nuestra imagen en el exterior no ha cambiado. Ahora el Senado ha dejado claro eso, con una reunión que primero se pospuso para seguramente cancelarse en algunas semanas.
Cobijado por quienes lo inventaron, esperó sin resultado alguno a ocupar el lugar de honor en la Cámara Alta, velando cita con su padre que repartía sonrisas como si el homenajeado fuera él. Fue perdiendo lo engomado del pelo entre notas y estadísticas que le proporcionaba su cortejo serenísimo.
Pero la realidad que no respeta, ni debe favores, hizo lo suyo, lo acomodó en su sitio de irrelevante burócrata, que no merecía cinco minutos de atención en la Cámara Alta.
Fue duro ver cómo el concierto de intereses repartió suerte, y no habiendo ningún tema relevante que escuchar del Canciller, se prefirió dar rienda suelta a la rebatinga corporativa de intereses para repartir cuotas de poder en el sector energético.
Temas por supuesto que hay, desde la migración infantil, hasta el injusto e inoportuno pago de aguas, conforme a un tratado que a Santa Ana le daría pena aplicar. Pero a todo mundo le queda claro que PP no será el que ponga remedio a los abusos, ni será él quien levante la voz y le ponga dignidad al tema.
Ya hasta Obama entendió que no precisa de más embajador que el Canciller que el Senado de la República nos eligió. No sólo lo atan las inversiones familiares y el haber recibido una inmerecida beca, por conducto de los amigos de la parentela, sino que la vida lo condujo a concretar importantes negocios, vitales para corporaciones que vinieron a México a rescatar sus balances financieros, especialmente Citi, que de aquí sacó la subsistencia y recobró la viabilidad.
Qué pena, no entender que no había condiciones y en cinco minutos abandonar el intento para mejor oportunidad, insistiendo durante varias horas en un restaurante -que ni lo más precámbrico del PRI visita- para tratar de forzar mediante una pataleta de hoy, hoy, hoy, un evento mediático que no pudo ser.
La vanidad de los políticos no tiene límite, y los lleva a pensar que el hecho de que tengan menciones en uno o varios de los foros -que bien consentidos tiene esta administración- los hace hombres de Estado o merecedores del reconocimiento público, cuando la realidad es que su nombre se conserva, una y otra vez, sólo en las listas de aquellos “operadores” que han recibido o han negociado favores, quienes le preservan en los puestos para seguir “operando” favores a modo.
Sí, los créditos de la Financiera Rural sólo siguieron a la pluma que arreglaba temas en IPAB, y que supo hacer lo propio en la SENER y en la SHCP. La mirada distraída desde la cartera financiera de recursos que iban y venían, pago con creces, pero no creamos que hay oficio, sino gatopardismo.