Canciller sin embajada
El hecho de ser nombrado secretario de Relaciones Exteriores no obvia, ni elimina, el trámite contenido en la fracción II del artículo 76 de la Constitución, por el cual es la Cámara Alta la que debe aprobar el nombramiento de los embajadores, es decir, el cargo no coloca al designado en posesión de la investidura de embajador. Los embajadores se hacen por votación, ¿Pero acaso se someterá al trámite por contar con un exjefe y amigo presidiendo?, o mejor, ¿obviará el trámite conduciendo las relaciones internacionales sin tener la calidad de embajador?
Gabriel Reyes OronaEl hecho de ser nombrado secretario de Relaciones Exteriores no obvia, ni elimina, el trámite contenido en la fracción II del artículo 76 de la Constitución, por el cual es la Cámara Alta la que debe aprobar el nombramiento de los embajadores, es decir, el cargo no coloca al designado en posesión de la investidura de embajador. Los embajadores se hacen por votación, ¿Pero acaso se someterá al trámite por contar con un exjefe y amigo presidiendo?, o mejor, ¿obviará el trámite conduciendo las relaciones internacionales sin tener la calidad de embajador?
Finalmente el ejecutar la política exterior es para segundos y terceros niveles, administrar embajadores es fácil para alguien que en tan sólo seis años pasó de coordinador de asesores a ocupar tres secretarias. Conducir esa política está reservado al Senado, donde está el otrora Jefe, que le hiciera llegar al sector energético y le pasará la estafeta para preparar la entrega.
La Corte Penal Internacional es un tema delicado para el PAN, ya Gómez Mont ha tejido lazos que permitan atender expedientes que emergieran en contra de Calderón, y, de ser el caso, del patrocinador disfrazado de priista o panista de closet, Ernesto Zedillo. La Cancillería juega un papel fundamental en la nueva preocupación del albiceleste.
Una persona afable, que se ha distinguido por operar la caja de compensación de atenciones entre políticos, tiene por supuesto los merecimientos para hacer innecesario el roce internacional, el conocimiento del protocolo de los organismos del exterior, la intricada maraña de tratados y convenios internacionales de los que nuestro país es parte y la preservación de la ya trunca carrera en el servicio exterior.
Dicen que los panistas no pactan con el crimen organizado, pero los verdaderos capos nunca fueron aprendidos, ni los supuestos gobernadores tricolores involucrados en actos ilícitos fueron puestos frente a tribunales, ni mucho menos tras las rejas. ¿casualidad o pacto?
La llegada del único secretario del régimen anterior, está envuelta en un halo multitarea que permite pasar del mundo rural, a la energía, al mundo financiero para terminar en las mesas en que se trate de rescatar la fallecida escuela mexicana de relaciones internacionales.
Temas como “rápido y furioso” tendrían otro enfoque con una formación distinta a la de los cancilleres-embajadores, lo moderno, es una colaboración a ultranza, como se hace con el Fondo Monetario Internacional y la OCDE.
Las cuotas de género parecen no ser las únicas perceptibles en la integración del gabinete, también los rijosos legisladores de Acción Nacional -que suelen traficar todo y por todo- parece que obtuvieron una posición amable que computara para todos los partidos, pero que abra las puertas de una agenda internacional que involucra a Prómexico, el pago de cuotas a organismos y comités internacionales, la ubicación de panistas distinguidos y señalados en el extranjero, así como la conservación de premios otorgados en forma de embajadas. Lo amable no quita lo canciller, pero no otorga lo embajador. Nada obliga a que el titular de la cancillería tenga tal distingo, y ciertamente, la regulación internacional le puede conferir un trato equivalente sin pasar por el Senado.