En materia de salud, la próxima presidenta tendrá un gran desafío y deberá superar retos para lograr la cobertura universal y brindar atención médica a todos los mexicanos. Foto: Especial

Campañas en verso, gobernar en prosa: el desafío del sector salud en México

La actual administración ha logrado contener las políticas neoliberales que por mucho tiempo afectaron al sistema de salud en México

Después del último debate por la Presidencia de la República estaremos a pocos días de que termine esta campaña presidencial, la cual ha dejado una marcada polarización en la población mexicana.

En estos tiempos electorales hay una frase que resuena profundamente en el ámbito político: “Las campañas se hacen en verso, pero se gobierna en prosa”. Esta frase tan precisa, refleja la distancia entre las promesas inspiradoras de los candidatos y la realidad dura y pragmática al momento de gobernar.

La frase es un recordatorio de que, aunque las campañas se basan en ideales y promesas elevadas (verso), gobernar implica enfrentarse a la complejidad y a los desafíos prácticos del día a día (prosa).

Esta dualidad es común en la política y refleja la dificultad de transformar promesas en acciones concretas y efectivas. La doctora Claudia Sheinbaum, la candidata de Juntos Sigamos Haciendo Historia, no es ajena a este desafío, especialmente en el sector salud.

En este sector, la próxima administración federal tendrá un gran desafío y deberá superar muchos retos para lograr la tan ansiada cobertura universal y brindar atención médica a 126 millones de mexicanos.

Si bien, la actual administración ha logrado contener las políticas neoliberales que por mucho tiempo afectaron al sistema de salud en México, aún siguen “enquistados” servidores públicos que históricamente han manejado al Sistema Nacional de Salud hasta convertirlo en una Institución efectivista-gerencial bajo los principios de la Nueva Gestión Pública (NGP), una corriente ideológica de derecha que por décadas ha bloqueado los avances en materia de salud de corte progresista y que están al acecho de perpetuar sus cotos de poder en la próxima administración.

La NGP se caracteriza por la adopción de técnicas y principios del sector privado en la administración pública. Sus indicadores de “productividad” y metas cuantitativas para evaluar el rendimiento, perpetúan la visión mercantilista de la salud en México con efectos negativos en la calidad de la atención médica y de la salud pública, puesto que limitan el avance sobre la equidad, el acceso universal, la transparencia y la participación comunitaria; fundamentales en un cambio de régimen sanitario.

La “continuidad” de funcionarios en todo el Sistema Nacional de Salud -Secretaría de Salud, Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), y ahora en el IMSS-Bienestar-, con un enfoque basado en la NGP se convierte en un problema crítico cuando se enfrenta la promesa de un sistema de salud universal y gratuito en el marco de la construcción del “segundo piso de la transformación” que propone la doctora Claudia Sheinbaum.

En caso de que Claudia Sheinbaum gane las elecciones (así lo marcan la mayoría de las encuestas) enfrentará un reto significativo: elegir a los servidores públicos adecuados y que estén dispuestos a dar “el giro de tuerca” para dar paso a los cambios sustanciales y transformar de fondo el sistema de salud. Por lo que, es esencial contar con funcionarios que no estén arraigados en la cultura de la NGP, una cultura promovida por gobiernos conservadores anteriores y en algunos casos mantenida por el actual.

Estos actores están acostumbrados a una gestión que prioriza indicadores y resultados cuantificables por encima del bienestar integral de la población.

Cambiar esta cultura organizacional requerirá más que simples cambios administrativos.

Necesitará un enfoque integral que combine experiencia, convicción por una visión de izquierda, formación en los ideales de la transformación, ética y una reestructuración de fondo y no de forma de las prioridades institucionales, debido a que hoy en día las instituciones que conforman el sector salud están profundamente arraigadas en prácticas burocráticas que se resisten al cambio.

Con determinación es posible convertir el verso inspirador de las campañas en la prosa efectiva de un gobierno que realmente vea por sus gobernados. Este escenario adquiere mayor firmeza en la continuidad con el cambio que representa la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.

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