Cambio estructural para el desarrollo incluyente

Frente al presidente de la República y el gabinete económico, se escuchó con fuerza la afirmación de que si México quiere romper el círculo vicioso de bajo crecimiento y desigualdad, ello implica “una ruptura con el paradigma económico que ha prevalecido durante al menos tres décadas”.

Según lo expresado por la CEPAL en este foro, el paradigma o modelo, hoy debe ser “igualar para crecer y crecer para igualar… donde la igualdad sea el horizonte, el cambio estructural, el camino, y la política, el instrumento”.

Juan Reboulen Juan Reboulen Publicado el
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Frente al presidente de la República y el gabinete económico, se escuchó con fuerza la afirmación de que si México quiere romper el círculo vicioso de bajo crecimiento y desigualdad, ello implica “una ruptura con el paradigma económico que ha prevalecido durante al menos tres décadas”.

Según lo expresado por la CEPAL en este foro, el paradigma o modelo, hoy debe ser “igualar para crecer y crecer para igualar… donde la igualdad sea el horizonte, el cambio estructural, el camino, y la política, el instrumento”.

De las diversas reflexiones y propuestas expresadas en el evento citado, hay una interrogante que domina hoy la discusión en materia de desarrollo industrial: ¿cómo mantener la estabilidad macroeconómica y ejecutar, al mismo tiempo, una política industrial moderna que haga partícipe a un mayor número de mexicanos de los beneficios del dinamismo del sector exportador?

Si el empleo es la llave maestra de la igualdad y el 60 por ciento del empleo formal lo generan las Pymes, pero sólo participan del 19 por ciento del PIB y del 1 por ciento de las exportaciones, algo hay que hacer en ese sector, porque lo que queda claro es que no habrá mayor igualdad si las ganancias en productividad se siguen concentrando en unas cuantas empresas.

Igualmente importante fue la respuesta que un día después formuló el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en la cual se percibieron visos de pragmatismo y apertura en este tema que suele generar confrontación más que acuerdo. Al respecto, dijo, “Tenemos que tener una política de fomento económico que impulse aquellos rubros que implican un acceso amplio a la productividad. 

“México abandonó la política industrial. En los años 70 tuvimos una política industrial de corte francamente estatista, donde el Estado era dueño de los medios de producción. 

Después migramos en un movimiento pendular, tal vez extremo, al convencimiento de que la mejor política industrial es la no política industrial”. El problema, dijo el titular de las finanzas públicas, es que “México ahí se quedó y el mundo avanzó. 

“Hoy, todas las naciones tienen política de fomento económico”. 

Sin duda, un mensaje relevante viniendo de quien lo dice. Por el momento, todo parece indicar que soplan vientos favorables para el desarrollo de la industria nacional. Habrá que ver cómo se concretan las cosas.

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