Cambio de 180 grados

Enrique Peña Nieto asistió ayer al tradicional desayuno que cada inicio de sexenio ofrecen las fuerzas armadas a su comandante supremo.  

Quienes pusieron atención al discurso del presidente seguramente se dieron cuenta del cambio de 180 grados respecto de lo que solía decir Felipe Calderón cuando pronunciaba discursos frente a las fuerzas armadas. 

Los términos “delincuencia organizada”, “narcotráfico” fueron desterrados del lenguaje del presidente.  

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Enrique Peña Nieto asistió ayer al tradicional desayuno que cada inicio de sexenio ofrecen las fuerzas armadas a su comandante supremo.  

Quienes pusieron atención al discurso del presidente seguramente se dieron cuenta del cambio de 180 grados respecto de lo que solía decir Felipe Calderón cuando pronunciaba discursos frente a las fuerzas armadas. 

Los términos “delincuencia organizada”, “narcotráfico” fueron desterrados del lenguaje del presidente.  

En cambio, ahora los términos que se utilizan en el discurso presidencial son: “construcción de la paz, justicia, seguridad, y respeto a los derechos humanos”.

Prepotencia armada

Mientras el jefe del ejecutivo anda predicando la paz, su consejero jurídico Humberto Castillejos hace todo lo contrario. 

Resulta que a los comensales que suelen acudir a los restaurantes de “polanquito”, sobre Masaryk,  se les interrumpió la digestión al ver las ametralladoras que portaban los escoltas –más de cuatro–,  del cuñado de Luis Cárdenas Palomino. 

Probablemente ningún consejero jurídico le ha explicado al joven licenciado Castillejos que es un delito grave la portación de armas de uso exclusivo del Ejército, y que  su cargo de consejero jurídico no justifica que ande más armado que El Chapo Guzmán. 

De continuar estos despliegues de prepotencia armada, se les dará la razón a los que sostienen que la paz de Peña Nieto es puro cuento. 

Restablecer el estado de derecho 

El nuevo procurador general de la República,  Jesús Murillo Karam, hizo un amplio corte de caja,  aún antes de asumir su cargo. 

Y es que el excoordinador hidalguense dijo que restablecerá el estado de derecho. Que el arraigo deberá aplicarse lo menos posible, que el cateo debe aplicarse solo de manera muy excepcional y que no debe haber inocentes en la cárcel. 

O sea que, en otras palabras, sus antecesores en la PGR desaparecieron el estado de derecho, abusaron del arraigo, del cateo, y encarcelaron a inocentes. 

Si esto es así, ¿se liberará a los inocentes en la cárcel?

¿Se castigará a quienes abusaron del poder?

¿Inviabilidad del pacto?

El coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, advirtió ayer que si no hay recursos (fiscales) nuevos, no serán posibles los programas nuevos del pacto. 

O sea ¿si no hay reforma hacendaria, lo del pacto no pasaría de ser una quimera?  

¿Tenían razón los que señalaban que en el fondo del pacto hay un alza de impuestos?

A lo mejor sí, o a lo mejor no. 

Aunque lo que sí es un hecho es que la extinción de los monopolios, y la licitación de dos nuevos canales de televisión, no requieren un solo peso del presupuesto.  

Tampoco cuesta un solo centavo procurar la paz en lugar de propiciar la guerra. 

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