C-MVS
No está a discusión o debate si Calderón sufre dipsomanía, paranoia o delirios de grandeza. Tampoco si la designación de Lozano sin antecedente lógico o técnico alguno en cualquier cantidad de puestos disímbolos en la SCT, fue el origen del desorden generalizado en el sector.
Como tampoco lo es el paso de dicho servidor de angora por la COFETEL, el cual resulta tan insostenible como su nombramiento en la Secretaría del Trabajo.
Gabriel Reyes OronaNo está a discusión o debate si Calderón sufre dipsomanía, paranoia o delirios de grandeza. Tampoco si la designación de Lozano sin antecedente lógico o técnico alguno en cualquier cantidad de puestos disímbolos en la SCT, fue el origen del desorden generalizado en el sector.
Como tampoco lo es el paso de dicho servidor de angora por la COFETEL, el cual resulta tan insostenible como su nombramiento en la Secretaría del Trabajo.
No hubo más razón y origen para su paso por tales cargos que la relación con Carlos Ruiz Sacristán, a quien siempre supo entretener con melodías al piano o con historias hilarantes e imitaciones, que son el verdadero sustrato de su trayectoria administrativa. Sabe tanto de comunicaciones o trabajo, como de legislar, pero sabe cambiar de bando o abandonar los barcos cuando ello lo aconseja el sentido de preservación en la nómina.
En realidad si Aristegui dijo o no dijo algo que afectara la frágil reputación del casi ex presidente, resulta anecdótico, superficial y vano, dado que no es un tema de fondo en el ámbito periodístico, por mucho que sus incondicionales lo vean como un lance de proporciones históricas. No lo es, ya que salvo la enorme zozobra y sensación de persecución que provoca el alcoholismo a quien lo padece, no hay elementos que hagan suponer que se hubieren tomado decisiones públicas bajo estado etílico, aunque algunas de ellas den esa impresión.
La verdad es que la retención por parte de la familia Vargas de parte del espectro es tan sostenible como los alegatos que esgrimen Slim, Azcárraga o Salinas Pliego respecto de sus concesiones. Por ello parece que la intentona de convocar a las masas a llamarse víctimas de un acto autoritario ha fracasado, no obstante que los voceros de la familia hoy afectada son las cajas de resonancia de las izquierdas o más bien, de quienes aspiran al poder sin haberlo conseguido, en una remembranza del “quítate tú, para ponerme yo”.
La autoridad no es menos criticable, ya que casi a cien días de la entrega, intentar un proceso de tales alcances es por lo menos irresponsable, ya que en cualquier escenario no darán cara ni siquiera a las primeras fases de la implementación del proceso legal, dejando al que viene un paquete explosivo mal armado y peor fundado.
Es hecho notorio que el equipo jurídico de esa secretaría suele ser poco serio, además de haber incurrido en muchas pifias en el orden legal. Los excesos de sus mentores , Téllez y Molinar, son origen obligado de muchas de sus peripecias.
En política, la forma es fondo, como también lo es la oportunidad, asunto en el que la ineptocracia albiazul acusó grandes carencias. Sí, ¿por qué hasta ahora?
Pero aparte de la estridencia, para los expertos hace años resulta evidente la injusta dominancia de la familia Vargas en parte del espectro, la cual procede de esos gobiernos a los que tanto se critica en sus espacios radiofónicos; siendo producto del mismo poder público excesivo y arbitrario que sentó las bases del entorno monopólico que a todos agravia. Esa dominancia no es menos mala que otras otorgadas en esos tiempos, simplemente por el hecho de que esté en manos diversas.
El talante antidemocrático de esta administración tiene tantos botones que ya no son muestra, sino esencia, pero no hay que sudar calenturas ajenas. La conversación y dinámica que ha salido a relucir es tan vergonzosa, que a todos los invitados mancha.