Burocratizar a la Nación
Las fuentes de energía en México están burocratizadas. Para demostrarlo recordemos que, a pesar de ser un país petrolero, importamos gasolinas, gas y diversos productos petroquímicos en razón de que los más de 150 mil empleados de Pemex son burócratas incapaces de mover un expediente de un escritorio al otro salvo que exista un oficio autorizando semejante operación de un nivel de complejidad nunca antes visto en la historia dolorida de México.
Francisco Martín MorenoLas fuentes de energía en México están burocratizadas. Para demostrarlo recordemos que, a pesar de ser un país petrolero, importamos gasolinas, gas y diversos productos petroquímicos en razón de que los más de 150 mil empleados de Pemex son burócratas incapaces de mover un expediente de un escritorio al otro salvo que exista un oficio autorizando semejante operación de un nivel de complejidad nunca antes visto en la historia dolorida de México.
Una aclaración: nuestros ingenieros petroleros deben ser considerados héroes de la patria, por lo demás, Pemex ha sido históricamente la caja chica o grande del gobierno, una cantera de destacados políticos multibillonarios que exhiben impúdicamente su riqueza mal habida ante propios y extraños. México es uno de los países que tienen el mayor número de trabajadores por barril producido. Si hoy se liquidara Pemex, los pasivos laborales absorberían una parte fundamental del patrimonio de la paraestatal, cuyo desempeño no ha impedido que en nuestro país existan 50 millones de compatriotas sepultados en la miseria.
¿El petróleo es propiedad de la nación…? ¿De qué les ha servido a los lacandones o a los tarahumaras o a los tzotziles y mixtecos el petróleo nacionalizado…?
La industria eléctrica también se encuentra burocratizada. Las decenas de miles de trabajadores de la CFE cuentan con prestaciones envidiadas por cualquier empleado de la iniciativa privada, con lo cual, entre otras razones, se dispara el precio del fluido eléctrico, nos resta competitividad en las exportaciones y encarece severamente los costos industriales para perjudicar a los adquirentes de bienes y servicios. Si México contara con cuatro o cinco empresas proveedoras de gas, de electricidad y de petróleo habría competencia abierta entre todas ellas, obviamente en beneficio del consumidor mexicano o extranjero con el consecuente ahorro de divisas.
La salud también se encuentra burocratizada. Los servicios médicos que presta el IMSS por medio de sus casi 300 mil burócratas dista mucho de alcanzar los niveles exigidos por la más elemental dignidad humana. Es evidente que muchos causahabientes prefieren asistir a clínicas privadas y pagar una diferencia importante de dinero a cambio de no depender de la salud pública. Lo anterior sin olvidar, claro está, las cuantiosas aportaciones que hacen tanto patrones como trabajadores para contar con una sana asistencia en los centros de trabajo. En la actualidad, y muy a pesar del costo tan elevado de las cuotas patronales destinadas a financiar la seguridad social, el IMSS, al igual que Pemex y CFE, se encuentra quebrada de punta a punta.
Donde hay un burócrata hay un problema, y donde hay casi un millón de presupuestívoros únicamente en instituciones y empresas claves para el desarrollo económico nacional, hay entonces millones de problemas insolubles, entre ellos la corrupción, que impiden el despegue de México a los niveles anhelados.
La educación también está burocratizada con un millón y medio de maestros, de los cuales por lo menos el 10 por ciento son fantasmas que cobran y no aparecen en los salones de clase. Por lo demás basta con salir a la calle o asistir a un estadio para demostrar nuestros niveles educativos… Dime qué maestros tienes y te diré qué país tienes…
¿Es evidente el daño causado por la burocratización?