Claro, se aplicará meses después de que inicie la fuga junto con su equipo de nuevos multimillonarios albicelestes.
Puso trabas soterradas para que, por diversas razones, el dictamen se empantanara. Anuló de forma consistente a la CNBV, colocando a un pariente que nada sabía de combatir el blanqueo de capitales.
Creó un sistema de coyotaje internacional, conocido como PROMEXICO, para concretar forzadas inversiones en nuestro país por conducto de imberbes e inexpertos incondicionales, armando así una red de incontroladas cuentas bancarias en el exterior.
Al mismo tiempo, se arrodilló ante empresas extranjeras por conducto de “consultores”, a través de los cuales orquestó un gran número de contratos de largo plazo que comprometen petróleo, agua, electricidad, gas, servicios financieros y otras áreas claves del quehacer público.
En medio de estériles balaceras dejó escapar –poniendo puente de plata– a Gastón Azcárraga, quien dejó a miles de familias en la calle.
El saliente, operó de manera callada el tendido de fibra óptica, y, como nunca, permitió que se sentaran condiciones de dominancia en el sector comunicaciones.
Todo ello, por supuesto, a cambio de nada.
César Nava y Germán Martínez, a su nombre, incursionaron en el negocio de ganar pleitos, sin siquiera levantar la guardia, contando con un tribunal inapelable operado a telefonazos desde Los Pinos.
Así es, el último presidente panista quiere que todos creamos que no hubo un solo funcionario corrupto en estos 12 años, que la licitación 21 es obra de la ignorancia de Molinar. Sí, quiere que creamos que las inversiones de las ilegales disponibilidades de la CFE, el IMSS y otros fondos tenebrosos que inventó Cordero, algún día aliviarán la pobreza que causó la ineptocracia.
En el culmen de la demagogia, ahora, seis años después de haber mermado la economía de los que menos tienen, sí, un sexenio completo de haber lucrado con una mecánica de cobro torpe e insostenible, con la cual financió mil peripecias en la CFE, anuncia que no dejará que eso suceda más, pero, hasta el último mes, se embolsará la fórmula por él criticada.
Los gastos de Ferrari en ferias y exposiciones, realizados sin contar con normativa que lo permitiera y los gastos de publicidad ejecutados por la “segunda dama” con cargo a transferencias “administrativas”, no quedarán sujetos al ojo revisor de la nueva ley que aplica a todos, menos a “su” gobierno. Aun así, es posible que la impunidad no se consuma por este presidente, que decía hacer justicia ejecutando a los que él, sin sentencia alguna, consideraba delincuentes, matándolos en caliente.
70 mil desaparecidos, 80 mil muertos, declarados criminales sin juicio alguno. La ley del revólver. Un número desconocido de militares y marinos que han ofrendado su vida. Niños y mujeres, víctimas de un ignorante capricho, cobardemente oculto tras un deber que no está escrito en la Constitución, al que los azules tienen el descaro de llamar valentía, cuando detrás de comandos nunca se expuso a riesgo alguno, y ahora, huirá, mostrando lo que realmente ha sido su vida, bravatas y recules.
Con el ruido del tambor batiente, no hace más que ocultar cómo llenó las alforjas, a las cuales no aplica la nueva ley. La condición económica final de cualquiera de los que integran su primer círculo, avergonzaría hasta al Negro Durazo.