Bravo y valiente

A estas alturas de su carrera, el delantero de Chivas, OMAR BRAVO, podría quedarse disfrutando de sus últimos buenos años cobrando bien y a tiempo, metido en el agua calientita de esa mediocridad en la que el equipo está inmerso, producto más de errores administrativos.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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A estas alturas de su carrera, el delantero de Chivas, OMAR BRAVO, podría quedarse disfrutando de sus últimos buenos años cobrando bien y a tiempo, metido en el agua calientita de esa mediocridad en la que el equipo está inmerso, producto más de errores administrativos.

“Golpes de timón” que más bien muestran golpes bajos de una cúpula encabezada por Jorge Vergara, que no ha tenido, ni él ni sus temporales y pasajeros “consejeros”, el talento de descifrar y entender qué rayos ocurre en la Liga MX a la que todos los otros 17 equipos, incluidos los que ascienden o descienden, han ido captando y adaptando estilos, formas, políticas y proyectos para ser competitivos en la realidad del 2015, nos guste ó no, y que el único que no se adecúa y adapta a estos cambios es precisamente Chivas… y a las pruebas me remito.

La última raya de este tigre se da el martes, cuando el comunicado que anuncia la llegada del próximo técnico a  despedir del “Feudo Vergara”, Matías Almeyda, no surge de la oficina de prensa de Chivas, sino un adefesio lleno de miel y cajeta desde las oficinas corporativas, ínfimo detalle pero que evidencia la lucha por el poder en Chivas.

‘Perdí capacidad de asombro’     

El martes por la noche, al finalizar la derrota ante Morelia en la Copa MX, sí, 1-0, así de fácil se le gana a estas Chivas sin contundencia, Omar Bravo sacó la cara señalando con valentía:

 “La verdad ya perdí la capacidad de asombro, es totalmente cierto, y es muy difícil esconder esas situaciones, sobre todo en las redes sociales, donde uno queda expuesto. Claro (defendimos a ‘Chepo’), es parte del grupo de trabajo, tratar de encontrar una explicación, preguntar y después respetar las decisiones”.

Omar y un grupo de sus compañeros acudieron el lunes a visitar al mandamás chiva, Jorge Vergara, solicitándole sin éxito, no remover al “CHEPO”.   

“Fue una determinación de él, nosotros agotamos hasta el límite nuestras posibilidades porque no pasara esta situación, evitar el golpe anímico, y otra vez otro sistema, iniciar de cero, eso ha sido difícil”. Y añadió como reflexionando:

“En el futbol no se trata de justicia, hay un dueño que decide y pregúntenle a él”.

De su nuevo técnico, el argentino Matías Almeyda, Omar respondió: “No lo conocemos y opinar es difícil. El equipo está vacío completamente. Hoy si ves el juego, el equipo careció de alma y de punch, sin recuperarse de la noticia de ayer, pero hay que ser profesionales”.

Para finalmente señalar más para sí mismo que para nuestros compañeros reporteros: “Nosotros no sabemos quién está al frente, no sabemos nada, es la realidad, hay que esperar a la cita del club, somos jugadores de futbol, lo demás pregúntale al dueño”.

Más claro ni el agua.

¡Clasicazo regio!

Ya en asuntos de cancha, dos partidos polarizan atención y reflectores, el clásico regio con la visita de Rayados al “Volcán Universitario”, con dos planteles que suenan a trabuco y que, ¿por qué no?, hacen presagiar después de mucho tiempo, que quizá puedan verse las caras en una finalísima.

Claro, falta Liguilla y trámites, pero por lo pronto el sábado será un juegazo. 

Cruz Azul-Pumas: juego bipolar

La visita de Pumas superlíder a la cancha del Cruz Azul sotanero, tiene precisamente “ese” ingrediente especial en una combinación de rivalidad histórica y morbo, que le da un toque más que singular y por esto “me late” que es el juego más interesante de la jornada. Tanto así que la directiva de la Máquina Cementera, al ver el interés generado, pone sobreprecio a los boletos (nada está reñido con el negocio) a sabiendas que habría lleno de todas maneras y, por supuesto, la reventa que ya es como parte del estadio Azul, dará su propio “Grito”.

No hay números ni racha que soporte mi especulación a un triunfo de Cruz Azul.

Un triunfo que le entregue esa inyección anímica y no para salir de broncas, sino para alcanzar un sitio al que este millonario plantel debe alcanzar. no por “cuatitud”, sino por obligación.

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