Bicicletas expuestas a la contaminación atmosférica

Los altos niveles de PM10 en la infraestructura ciclista de la Zona Metropolitana de Monterrey representan un riesgo significativo para la salud de los ciclistas
Antonio Hernández Ramírez Antonio Hernández Ramírez Publicado el
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Los ciclistas que transitan por los sitios de la Zona Metropolitana de Monterrey con infraestructura para este tipo de movilidad se enfrentan a una preocupante realidad: altas concentraciones de contaminantes en el aire. Estas áreas destinadas a la circulación de bicicletas, lejos de ofrecer un entorno saludable, exponen a los ciclistas a niveles significativos de polución.

Los altos niveles de PM10 en la infraestructura ciclista de la Zona Metropolitana de Monterrey, según evaluaciones realizadas por Pueblo Bicicletero, representan un riesgo significativo para la salud de los ciclistas.

Los resultados de la evaluación revelan datos preocupantes sobre las concentraciones de PM10 en la infraestructura ciclista de la Zona Metropolitana de Monterrey. Utilizando herramientas avanzadas como Google Earth Engine (GEE) y los datos del satélite MODIS, el colectivo de Monterrey muestra una visión detallada de la contaminación atmosférica a la que están expuestos los ciclistas en estas áreas.

Los resultados del estudio indican una amplia gama de concentraciones anuales (2022) de PM10 en las diferentes ubicaciones estudiadas de la Zona Metropolitana de Monterrey. Un ejemplo es la ciclovía “Parque Industrial Monterrey – Pueblo Nuevo” en Apodaca, que registró la concentración más alta de PM10, alcanzando un valor preocupante de 265.30 µg/m3. Por otro lado, la ciclovía “Vía Libre – Alfonso Reyes” en San Pedro Garza García, presentó la concentración más baja (pero alarmante), con 176.58 µg/m3. Entre estas cifras extremas, se observan concentraciones intermedias en otras ubicaciones, como la ciclovía “Ciclovía emergente – Av. San Nicolás” en San Nicolás de los Garza, con una concentración de 204.39 µg/m3.

Los ciclistas en la Zona Metropolitana de Monterrey no solo han enfrentado históricamente la violencia vial, con un alarmante número de víctimas heridas o fatales, sino que ahora deben considerar el impacto de la contaminación en su salud. Además de lidiar con conductores imprudentes y la falta de infraestructura segura, la ciudadanía que practica esta modalidad de movilidad se enfrentan a altos niveles de contaminantes atmosféricos, como los peligrosos niveles de PM10. Esta combinación de factores presenta un desafío adicional para quienes eligen la bicicleta como medio de transporte, ya que deben tomar medidas para proteger su salud mientras pedalean por las calles de la ciudad.

El rezago evidente de las administraciones municipales en la Zona Metropolitana de Monterrey y el Gobierno de Nuevo León para garantizar el derecho humano a la movilidad en bicicleta se agrava aún más por la falta de medidas que aborden de manera efectiva la reducción de la violencia vial. Sin embargo, es crucial que se den pasos progresivos, incorporando criterios de calidad del aire en las políticas y acciones gubernamentales.

Para lograrlo, es necesario implementar medidas precisas, tales como promover el uso de energías limpias, fomentar la creación de áreas verdes y, sobre todo, generar una infraestructura ciclista segura y bien conectada, paralelo a contextos sin riesgo en cualquier vialidad de la ciudad. Esto será posible si se concreta un compromiso genuino -hoy ausente- y acciones por parte de las autoridades competentes en Monterrey, y así garantizar el pleno ejercicio del derecho a la movilidad en bicicleta y, al mismo tiempo, proteger la salud y el bienestar de los ciclistas en esta ciudad.

 

Twitter: @tonyo_hernandez

 

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