Bernabé le pegó a Muchilanga

Ante los señalamientos de que las autoridades no alertaron a tiempo a la población sobre la peligrosidad de los huracanes, pasó lo que siempre pasa.

Unos culpan a otros, y finalmente nadie es responsable de nada. 

Y esto fue lo que aconteció ayer en la Secretaría de Gobernación con la explicación ofrecida por el coordinador de Protección Civil, Luis Felipe Puente. 

De acuerdo con lo que ya había anunciado el  propio secretario Osorio Chong, el coordinador de Protección Civil juró y perjuró que, sin la intención de culpar a ningún gobernador, la culpa la tuvieron los gobernadores porque el Gobierno Federal sí emitió  las alertas a tiempo. 

Ángel Aguirre Rivero asegura que no es cierto que mientras llovía y llovía, el gobernador de Guerrero “bebía y bebía”. 

Aguirre no admite ninguna culpa, y reitera que su gobierno actuó a tiempo. La culpa es, en todo caso, de los  presidentes municipales. 

Finalmente Luis Walton, presidente municipal de Acapulco, sostiene que sí alertó a la población a tiempo, pero que la gente nunca  le hace caso a los  comunicados del gobierno.

El PAN parece resucitar

Con el arranque de  una  campaña nacional en contra de la propuesta de reforma fiscal del presidente Peña Nieto, el PAN parece estar resucitando. 

Y es que por primera vez en 12 años,  Acción Nacional volvió a tomar como suyas las necesidades de la gente.

Los mensajes son  poderosamente simples. Y dicen lo que dice la gente. 

Los panistas dicen que sí a la reforma educativa, pero se oponen al IVA  en las colegiaturas. 

Dicen que sí a la vivienda, pero se oponen al IVA en las rentas, hipotecas y venta de casa habitación.

Habrá qué ver si esta resurrección del PAN no se traduce en la muerte y sepultura del Pacto.

Los sentimientos de la nación 

Los estragas de Los Pinos ya no hayan cómo salir del atolladero en el que los publicistas metieron al presidente Peña Nieto. 

Después de un intenso bombardeo de spots  que algunos calificaron de estúpidos, no se logró convencer a la población de las supuestas bondades de la privatización del sector. 

Los ciudadanos tampoco están de acuerdo que a cambio de la promesa  del seguro de desempleo, o una pensión para la vejez, los mexicanos tengan que pagar más impuestos, con el riesgo de que ya no les alcance para pagar la renta, o la colegiatura de sus hijos. 

Entonces, ¿sí se puede o no se puede?