No sólo se trata de la coordinación del PRI en el Congreso del Estado. Tampoco de un castigo a Marco González por haber impulsado el rechazo de las cuentas públicas del exgobernador Rodrigo Medina.
La guerra que se libra en el PRI de Nuevo León es parte de la batalla que protagonizan dos bandos de priistas por el control del partido tricolor.
Por un lado está el grupo encabezado por los alcaldes Francisco Cienfuegos y Adrián de la Garza, identificados con el exgobernador Rodrigo Medina.
Y del otro lado está un bloque de líderes priistas que se está conformando como Ildefonso Guajardo, Jorge Mendoza, Abel Guerra, Felipe Enríquez y Benjamín Clariond.
Estos priistas, que tienen en común que han sido opositores de Rodrigo Medina, se han aliado para desafiar el poder que pretende seguir ejerciendo en el PRI el exmandatario estatal hoy bajo proceso penal por parte del gobierno del Estado.
Nace el G-11 en el Congreso
La disputa por la coordinación del PRI en el Congreso del Estado provocó el nacimiento de un bloque dentro de la bancada priista.
Con o sin Marco González como coordinador del PRI, este grupo de diputados tricolores se pondrán de acuerdo entre ellos y podrán negociar por su cuenta con los diferentes actores del Congreso y con el Gobierno del Estado.
Este bloque estaría encabezado por los diputados Héctor García, Eugenio Montiel, Andrés Cantú, Gabriel Tláloc, Javier Collazo y José Luis Garza Ochoa.
También están las mujeres priistas Alhinna Vargas, Maribel Villalón, Rosalva Llanes, Liliana Tijerina y Ludivina Rodríguez.
Hay un antecedente de este tipo de bancada alterna en el grupo legislativo del PRI y hay que remontarnos a la LXXI Legislatura donde los legisladores Felipe Enríquez, Clara Luz Flores y Benito Caballero se deslindaron del grupo encabezado entonces por el ahora secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
‘El Bronco’, los sismos y Monterrey VI
El gobernador Jaime Rodríguez no pierde oportunidad para hablar de las bondades del polémico proyecto Monterrey VI, que alguna vez prometió en campaña cancelar por costoso e inviable.
Ayer “El Bronco” dictaminó que los sismos que se están registrando en Nuevo León –como el ocurrido el lunes en Monterrey- son originados por las extracciones de agua del subsuelo que se realizan en el Estado.
Según el análisis del mandatario estatal, traer agua del Río Pánuco ayudaría a no sacar más agua del subsuelo, por lo cual ya no habría terremotos en la ciudad.
¿Y la alerta de género?
El gobierno del Estado puso ayer en marcha el programa estatal contra la violencia de género en Nuevo León.
Sin duda este nuevo instrumento será una gran aportación y contribuirá a la causa de las mujeres.
Bajo este programa –en conjunto con la sociedad civil- se diseñarán estrategias para combatir la violencia contra las mujeres en el estado.
¿Y si comienzan con declarar la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres, solicitada desde hace años por Ongs de Nuevo León?
Motivos hay: las estadísticas de casos probables de feminicidios siguen a la alza sin ninguna respuesta de las autoridades ni plan especial para erradicarlos.
