El movimiento nacional que llevó al poder al hoy presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, reunió una serie de causas y propuestas que constituyen una ruta a la reforma y a la creación de leyes, que se expresa en el Senado de la República con trabajo, en consonancia con la transformación de nuestro país.
La población manifestó su expectativa tras el triunfo de 2018 y sigue expresando las necesidades y reconociendo avances, luego de dos años de gobierno. Ese lapso es corto en la historia de una nación que estuvo sujeta a un régimen patrimonialista y que mezcló el poder político con el poder económico.
De hecho, este último se impuso en la vida pública y aunque hoy se quiera minimizar el daño causado, los ciudadanos saben distinguir la realidad.
Para el trabajo legislativo en 2021 los Grupos Parlamentarios del Senado determinarán la agenda que previsiblemente podrá incluir temas como outsourcing, la nueva Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República, evitar el consumo de azúcares añadidos que generan adicción y enfermedades, y la revisión de los órganos autónomos.
Sin olvidar que la Cámara de Diputados analizará y podrá votar las reformas a la Ley del Banco de México que aprobó el Senado en diciembre pasado. Dicha iniciativa del senador Ricardo Monreal contó con el consenso de diversas fuerzas políticas.
A pesar de la emergencia sanitaria y de legislar a favor de la gente, hay rechazo irreflexivo de algunos actores. Así ocurrió también con las reformas a 18 leyes y la abrogación de dos, en materia de extinción de fideicomisos con el objetivo de cancelar la discrecionalidad en el uso de recursos públicos, y hacer la reasignación de estos a salud y a otros sectores de manera directa.
En 2020 se aprobaron también reformas a la Ley de Bansefi para transformarlo en el Banco del Bienestar, se otorgó a los jóvenes el derecho a la bancarización. Se modificó el Sistema de Ahorro para el Retiro para obtener mayores rendimientos, y también se reformó la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos para fortalecer a Pemex.
Todas las reformas mencionadas son resultado de la actividad en la que he participado directamente como presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público.
En esa instancia, el trabajo se realiza con los senadores integrantes de los diversos partidos políticos, sin protagonismos. El balance a dos años incluye la modificación de leyes relacionadas con el combate a la corrupción, la reactivación económica, la política de austeridad e inclusión financiera.
En el combate a la corrupción se desmanteló la operación con facturas falsas, se reforzó la vigilancia y control en la prestación de servicios o adquisición de bienes.
Igual ocurrió con la simulación de empresas fantasma que deducen impuestos ilegalmente; y con la prohibición de condonar impuestos que se realizaba en forma selecta.
Cada iniciativa aprobada marca una diferencia con el pasado. Aprobamos límites a la remuneración de los servidores públicos, se transparentaron asignaciones de salario y se creó la nueva Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos.
Además, de las reformas a las leyes de Disciplina Financiera, de Derechos, Aduanera y del IVA, y la planeación económica para 2021 con la Ley de Ingresos y la miscelánea fiscal en favor de la recaudación, del combate a la corrupción y de la justicia tributaria.
Las grandes transformaciones en nuestra nación han pasado por importantes cambios legislativos. Hoy avanzamos en diversos frentes para sentar las bases, mantener el ritmo y ver cambios tangibles en nuestra gente. Ese es el objetivo, sin dobleces. Es nuestra misión.