Ya lo decía aquella frase célebre: Para que triunfe el mal, solo es necesario que los buenos no hagan nada. Y si no, que le pregunten a Juan Manuel Portal, el titular de la Auditoría Superior de la Federación, la encargada de vigilar cómo se gasta el dinero público en el país. Cuando ayer alguien le preguntó a Portal cuántas de las 700 denuncias que han presentado contra los corruptos han terminado llevándolos a prisión, el señor se limitó a decir que no lo sabe porque eso a él no le toca. “Mire, no me toca a mí ver eso”. Así de simple y directo. Lo que indigna de la declaración es que se dé en un tiempo de corrupción rampante, que da poca esperanza de que la impunidad terminará. Urge que todos se olviden todos de aquella máxima foxiana: “¿Y yo por qué?”.
A prueba
Las amenazas que le hicieron al periodista Juan Manuel Partida en Sinaloa ponen a prueba todo el compromiso de la administración federal y los gobernadores. Ya la Comisión Nacional de los Derechos Humanos solicitó la protección para el comunicador. Va nuestra solidaridad para él.
Viejas prácticas
Lo que son las cosas, mientras en todo el mundo se avanza en el tema de la libre expresión de las ideas, el presidente municipal de Zapopan, Jalisco, Pablo Lemus, ha emprendido una persecución política en contra de los trabajadores del ayuntamiento que demostraron abiertamente su apoyo a Morena y a Andrés Manuel López Obrador. El servidor público despidió de manera ilegal e injusta a 46 hombres y mujeres; no le tembló la mano para dejar sin sustento a 46 familias al aplicar una medida represiva que atenta contra la libertad de expresión y de ideologías políticas. Lemus, emanado de Movimiento Ciudadano, ha imitado las prácticas del viejo régimen en Jalisco, y persigue o reprime a quienes piensan diferente.
