Atlante ¿Qué festejamos?

Hoy se festejan 100 años de la fundación del Atlante, mi Atlante, de muchos que vivimos de la frustración y hasta acompañando al Atlante con sangre, sudor y lágrimas, con algunos títulos, algunas alegrías y muchas tristezas.Pero no es que nos guste sufrir, es que ya queremos un equipo moderno, un equipo que viva de camisetas viejas, que no viva de prestado, de lágrimas, en la angustia o la comodidad del agua calientita de la Segunda División. Queremos un Atlante de este Siglo 21.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Hoy se festejan 100 años de la fundación del Atlante, mi Atlante, de muchos que vivimos de la frustración y hasta acompañando al Atlante con sangre, sudor y lágrimas, con algunos títulos, algunas alegrías y muchas tristezas.Pero no es que nos guste sufrir, es que ya queremos un equipo moderno, un equipo que viva de camisetas viejas, que no viva de prestado, de lágrimas, en la angustia o la comodidad del agua calientita de la Segunda División. Queremos un Atlante de este Siglo 21.

Para esto, se ha dado la estafeta a Eduardo Brown Burillo, que es el nuevo presidente y que tiene esa asignación: regresar al Atlante a la Primera División, que es en donde debería pertenecer, y olvidarnos de que somos el equipo pobre, eso ya no se da.

El que está en el futbol mexicano no está para gastar pero sí para invertir. No puede haber 17 voluntades entre los 18, si es que Atlante regresa como cuando se fue, que los 17 estén equivocados y tú estés bien. La prueba es que el Atlante se fue a la Segunda.

Dejemos de vivir como atlantistas de prestado, camisetas lavadas y usadas, de enorgullecernos de esto. Eso ya es historia y que quede atrás, necesitamos un Atlante moderno, un Atlante que responda a esto, a buscar títulos, a buscar triunfos y no a buscar lo que decían en los últimos años de desarrollar talento en jóvenes.

Las competencias están para ganarse, no para hacer el mejor amigo de todos los niños, para eso estuvo Chabelo. Por lo pronto pues, festeja el Atlante 100 años en donde son más las angustias y las frustraciones que los resultados. Pero bueno, dicen que no hay mal que dure 100 años.

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