AMLO o el Pinocho mexicano

Pues bien, este embustero profesional, que en cualquier país que no fuera de reprobados le hubieran organizado un cerco sanitario para recluirlo en un centro de rehabilitación para personas, digámoslo eufemísticamente, “disfuncionales”, nos acaba de decir que perdió la elección porque el PRI había comprado 5 millones de votos y bla, bla...

Francisco Martín Moreno Francisco Martín Moreno Publicado el
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Pues bien, este embustero profesional, que en cualquier país que no fuera de reprobados le hubieran organizado un cerco sanitario para recluirlo en un centro de rehabilitación para personas, digámoslo eufemísticamente, “disfuncionales”, nos acaba de decir que perdió la elección porque el PRI había comprado 5 millones de votos y bla, bla…

En su incontinencia verbal había denunciado la erradicación mágica de la corrupción que importaba 300 mil millones de pesos y un ahorro del presupuesto público de otros 200 mil millones de pesos al recortar los sueldos de los altos burócratas. Nunca demostró el origen de sus cifras ni se percató del crecimiento desproporcionado de su nariz cuando declaró que mostraría las evidencias en su oportunidad, oportunidad que nunca se dio y como bien sentenció don Teofilito, ni se dará. Tampoco demostró de dónde había sacado “sus” estadísticas para desmentir que el DF, durante su “gestión”, Sweet Lord, había tenido los peores índices de delincuencia y de desempleo del país… ¡claro que también mandó al diablo al INEGI…!

Ahora nuestro Pinochito sale con que el PRI, la pandilla que gobernó a nuestro país antes de la afortunada aparición del IFE y del TRIFE, había comprado el voto de 5 millones de mexicanos… ¡Uf! Inhalemos y pensemos: ¿Cuánto tendría que haber valido el soborno individual para convencer a los votantes para que cruzaran el logo del tricolor, sobre la base de que éstos no hubieran traicionado el arreglo mafioso, una vez escondidos tras las mamparas? ¿10 pesos? (¡Ja!), ¿100, 200, 500 o mil por persona? Si aceptamos que 5 millones de compatriotas, ¡horror!, se hubieran vendido por 500 pesos, y si Pinocho no miente, llegaríamos a un total de 2 mil 500 millones de pesos. Pero, ¿quién daría tanto dinero, dónde, cómo guardar el secreto al transportar el efectivo? La logística es compleja, inclusive para el propio Pinocho, ¿no…? Los casos de Soriana y Monex, de ser probados, palidecen antes estas cifras escandalosas.

¿Cuántos mapaches “de confianza” (¡Ja!) se necesitan para sobornar a 5 millones de humildes compatriotas? ¿Se requiere contratar 100 mil bichos de esos, sobre la base que cada uno sobornaría con 500 pesos en efectivo a 50 respetabilísimos ciudadanos de a pie? ¿Dónde están los 100 mil leales mapaches que ahora guardan silencio? Si a cada uno de ellos el PRI le dio 25 mil para repartirlos entre los indigentes, hoy ya se habrán pelado p’al norte a trabajar en la “sunny” California o se los habrán tronado en La Gran Mona, una cantina en la que, al salir, se cuentan solo pinochadas…

Comprar 5 millones de votos ni Pinocho, el de a de veras, de veritas… Son más creíbles los sobornos disimulados a través de despensas como parte de los programas sociales de Calderón o los que se ejecutaron a través de Honestidad Valiente…

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