El lunes 7 de diciembre el Congreso del Estado de Nuevo León citó a comparecer al secretario de Medio Ambiente estatal, Alfonso Martínez Muñoz.
El señor no se presentó, les mandó un documento ahí ‘patito’, les mandó 10 hojas de información.
Finalmente fue re-citado y apareció a declarar, a contestar algunas preguntas, pero empezó repartiendo culpas, y así terminó su comparecencia.
Una de las causales para establecerle juicio político a cualquier funcionario, es cuando ese funcionario, por acción o por omisión, afecta el orden constitucional y los derechos de los ciudadanos.
En ese tema cae Martínez Muñoz, porque fue burócrata muchos años, fue maestro de universidad, hasta dos veces en el puesto de la Secretaría de Medio Ambiente, y una vez delegado federal de la Semarnat.
Aquí el tema es que los diputados, en lugar de citarlo a comparecer, tendrían que haberlo citado para ver si procede o no el juicio político, porque entre tantas alertas ambientales ya no sabemos en qué punto estamos con el grado de contaminación, y si es un acto deliberado, si es una acto de omisión, o si es un acto de total desconocimiento del puesto.
Por eso los diputados tienen la obligación de iniciar un juicio político con los elementos que hay en contra de Alfonso Martínez Muñoz.
Repito, si el tipo no ha podido en un año más que repartir culpas, entonces el Congreso tiene que citarlo y que comparezca con datos duros; y que no vaya a burlarse, que no vaya a contestar preguntas que no son las que le formulan.
Esto para que esta comparecencia tenga el carácter de inicio de un juicio político, porque este señor ha violado flagrantemente el orden de sus funciones.
Twitter: @GMtzBerlanga
