Dicen, y dicen bien allá en mi pueblo, y este fin de semana en los juegos de Comodines de la NFL pudimos más que comprobarlo. De entrada, los Texanos de Houston, que finalmente ganan su División sacudiéndose muchos años de la hegemonía de los Potros de Indianápolis.
La euforia en Houston no alcanzó el nivel que muchos esperaban, ganar la División con récord de 9-7 no auguraba nada bueno.
Aún así la fortaleza de su defensiva liderada por el mejor defensivo de la NFL, J.J. Watt, primera selección de las Texanos en 2011, marcaba precisamente en su defensiva la fortaleza del equipo.
Ni 10 segundos
La patada de despeje de la Texanos fue regresada por Knile Davis, de los Jefes de Kansas City, en una devolución de 106 yardas para poner en menos de 10 segundos la ventaja que se convirtió en definitiva.
Después de eso no pudieron levantarse. Los de Houston no anotaron ni con un lápiz, se fueron en blanco con una escandalosa derrota de 30-0, lo dicho, “mal comienza la semana al que ahorcan en lunes”.
‘El Dedos’
Se cumplieron los pronósticos que señalaban una temperatura de menos 30 grados al arrancar el juego en Minnesota. Lo sabía el aficionado que tiene su abono y los que consiguieron su boleto en reventa, lo sabían los encargados del mantenimiento del estadio, lo sabían mis colegas periodistas, lo sabían los que venden cerveza que de plano llevaron muy pocas al estadio, lo sabían los entrenadores, jugadores, cuerpo de coaches, pero principalmente entre los jugadores los quarterbacks, receptores y pateadores.
‘El Mago’ Wilson
Russell Wilson, quarterback de Seattle, tuvo una reacción sensacional cuando ya en el cuarto cuarto, le centran un balón a un lado de su cabeza, producto del poco agarre de los dedos casi congelados de su centro.
Russell se recupera, va por el balón que estaba libre unas 20 yardas detrás de él, busca un receptor desmarcado y lo encuentra fácilmente en Tyler Lockett, cuando los defensivos Vikingos se desentienden del campo profundo, 35 yardas de ganancia hasta la cuatro de Minnesota, dos jugadas después pase corto y Seattle que perdía 9-0 se mete al juego.
Más adelante conectan gol de campo para el 10-9 parcial en su favor.
¡Se le olvida calentar los dedos!
Los Vikingos anotaron sus nueve puntos en tres goles de campo convertidos por su pateador Blair Walsh, alcanzan la yarda 10 de los Halcones Marinos de Seattle con unos cuantos segundos en el reloj, para intentar un gol de campo de rutina de 27 yardas equivalente a un gol de campo.
El que sostiene el balón centrado es el pateador de despeje Jeff Locke, que se acomoda los guantes como de portero de fut, lo que le deja insensibles los dedos, recibe el centro y se “hace bolas” al no poder sujetar bien y darle la vuelta al ovoide para dejar las costuras del balón fuera de la zona de contacto en el ”chutazo”.
Desastroso resultado porque Blair Walsh golpea el balón exactamente en las costuras que NO deberían estar ahí, resultando un chanflazo que se va por el costado del poste derecho, con lo que de automático los Halcones Marinos se alzan con la victoria.
Al final Walsh no puede contener el llanto y más adelante pone en su cuenta de twitter que solo él es el responsable… “mal comienza la semana al que ahorcan en lunes”… Así de fácil.
