Al filo de la navaja

La trampa más grande que hemos visto, descubierta hasta ahora, porque probablemente pueden haber otras que jamás se descubrieron, es la de Lance Armstrong, a partir de ese caso podemos creer lo que sea.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
Comparte esta nota

http://www.youtube.com/watch?v=OFbATq76VRU

La trampa más grande que hemos visto, descubierta hasta ahora, porque probablemente pueden haber otras que jamás se descubrieron, es la de Lance Armstrong, a partir de ese caso podemos creer lo que sea. Y es que es precisamente la de éste ciclista norteamericano, que incluso fabricó su propia leyenda, resucitando prácticamente de un cáncer testicular, recuperándose y ganando siete Tours de Francia, su fundación, los patrocinios, las conferencias, la gran cantidad de niños, jóvenes que apostaron por seguir su ejemplo, hasta que desafortunadamente las trampas ocurren así, son como la humedad que se van filtrando.

Y algunos de los que fueron sus compañeros en charlas de ocasión o en confesiones de estas que les van a dejar mucho dinero cuando dejan de ser atletas de alto rendimiento, comienzan a filtrar algunos temas y el resultado es el más grande escándalo del doping de todos los tiempos.

Se hace la ley, se hace la trampa

Para muchos de ellos, ¿y esto qué significa? que hay toda una cultura en muchos atletas de alto rendimiento que llegan a su pote, y no estoy hablando solamente de ciclistas, sino de atletas, beisbolistas, jugadores de futbol americano, boxeadores, póngale el que quiera, que llegan a su máximo rendimiento y no pueden sostenerse allá arriba y comienzan a ingerir sustancias prohibidas, que atentan contra su organismo, y al mismo tiempo de llevar este tratamiento, porque no crea usted que es solo agarrar una pastillita y metérsela, sino que es todo un tratamiento en clínicas especializadas y paralelo se lleva a cabo otro tratamiento para que inhiba las sustancias que puedan dejar testigos en el doping, es algo realmente sofisticado, por esto…

Ya nada nos asusta

Tyson Gay, este velocista norteamericano, el hombre que desafortunadamente le ha tocado convivir en la misma generación con el atleta más rápido en la historia de la humanidad, Usain Bolt, ya llegó a su límite. Tyson, ya no le alcanza, aunque esta temporada ha hecho los mejores tiempos, pero probablemente ésta fue la conclusión que él tuvo, se metió a una de estas clínicas, dio positivo en el examen antidoping, no se dice de qué sustancia y es el mismo caso de Asafa Powell, el jamaicano, aunque tuvo la marca de los 100 metros antes que Usain Bolt, él ya iba de salida.

Hay muchos ejemplos que podríamos dar aquí, creo que una de las máximas humillaciones es la de Marion Jones, esta velocista  que llegó a dominar el escenario en forma absoluta y que desafortunadamente después de ganar las medallas, mundiales, patrocinios y todo lo que me platique, fue despojada en forma humillante de esos títulos, mucho sin duda bajo la tutela y presión de su esposo, el velocista Tim Motgomery, también tomado en esto del doping.

Me quedaría sin duda con el máximo escándalo de todos, el de 1988 en los Juegos Olímpicos de Seúl, cuando Ben Johnson le gana en la pista a Carl Lewis, “El hijo del viento”, y este señala que le ganaron haciendo trampa. Mucha gente se le fue al cuello a Lewis y el resultado es que Ben Johnson había hecho trampa y lo habían agarrado.

 Así las cosas pues, son muy pocos a los que se les ha castigado, o se les ha encontrado o agarrado, quizá haya muchos que han pasado limpios y que realmente no lo eran tanto, la realidad es que ya no metemos las manos al fuego por nadie y el juego limpio ojalá prevalezca… Así de fácil.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil