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Cómo olvidar aquella gran final…
En donde el Cruz Azul tenía el boleto, ya no digo en la mano sino en la bolsa.
Lo tenía en el corazón, pero comenzaron a festejar un minuto antes del silbatazo final, vino el empate del América, después el gol de Moisés Muñoz en tiempo de reposición, los americanistas se volvían locos en el Azteca. Vinieron los penaltis y todo aquello, América campeón y Cruz Azul se vino abajo. Eso rubricaba que Miguel Herrera iba por una buena dirección cuando la temporada anterior había llegado hasta las semifinales.
Y al siguiente torneo…
El León fue el gran protagonista junto con el América, que se fue prácticamente solo durante todo el torneo en un superliderato que robó la Liga sin duda. Vino después aquel paréntesis para el América, cuando la mayoría de sus jugadores, Miguel Herrera y Ricardo Peláez, y todos tuvimos los focos de atención y la angustia de estar en el filo de la navaja en los dos partidos de recalificación del TRI ante Nueva Zelanda que nos llevaron a Brasil.
Pero en el tema del América sin duda fue afectado, una Liguilla con un solo un triunfo, sacó los resultados con empates, llegó a la final y…
Honor para quien honor merece…
León fue un gran campeón, supo llegar y jugar bien la Liguilla.
Hay que recordar que este equipo dirigido por Gustavo Matosas trae una mística especial.
A su regreso a la Primera División tuvo una gran temporada, después vino a menos, pero logró recuperarse, que es lo más importante.
Tuvimos pues dos campeones en este 2013 extraordinariamente apasionantes, mediáticos, que rubrican dos temporadas en la Liga MX con mucha pasión y emoción, cierto que hay mucho por resolver y arreglar, pero la Liga parece encontrar en esta angustiante temporada en donde los resultados son lo único que cuentan, la fórmula de la emociones y las pasiones, aunque realmente nos falta también el tiempo para desarrollar y reflexionar… Así de fácil.
