¡’Agüevo’!

Esta es una expresión coloquial que resume y dice absolutamente todo lo que hoy tenemos que festejar y ponderar, aunque siendo realistas, todavía no está el boleto completo a Brasil, todo puede ocurrir, faltan 90 minutos y en ese tiempo puede ser que nos den un alimento que nos produzca diarrea o que expulsen a siete jugadores mexicanos.

Tendría que ocurrir una tragedia…

Mucho más grande y severa que la que ha ocurrido en el transcurso de esta eliminatoria, que de verdad ha sido complicada. 

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Esta es una expresión coloquial que resume y dice absolutamente todo lo que hoy tenemos que festejar y ponderar, aunque siendo realistas, todavía no está el boleto completo a Brasil, todo puede ocurrir, faltan 90 minutos y en ese tiempo puede ser que nos den un alimento que nos produzca diarrea o que expulsen a siete jugadores mexicanos.

Tendría que ocurrir una tragedia…

Mucho más grande y severa que la que ha ocurrido en el transcurso de esta eliminatoria, que de verdad ha sido complicada. 

Siendo precavido, en un momento más voy a poner mí solicitud para el alojamiento en Brasil, con los asegunes. Y nada que no vamos a contar este resultado, vamos a empezar como si fuéramos 0-0, no es cierto, no empezaremos así porque si usted o yo que hemos jugado en cascaritas o torneos interclubes, muchas veces cuando ganábamos 2-0 el entrenador nos decía: “vamos 0-0, no ha pasado nada”, no hay forma de meterse en la cabeza de que se va 0-0, vamos 5-1 y para que Nueva Zelanda nos pueda hacer algo tendría que meternos cuatro goles y nos dejan fuera, de verdad se ve más que complicada para los neozelandeses, hoy Moisés Muñoz fue prácticamente un espectador, excepto en esa última jugada del gol y dos o tres salidas que tuvo en un momento oportuno, sobre todo en los tiros de esquina. 

Hoy nos volvió el alma al cuerpo, nos sentimos cerca de Brasil, falta cerrar estos 90 minutos, pero…

¿Qué festejamos?

Le diría que festejamos el haber ahuyentado a nuestros fantasmas, esos de la inseguridad, en el sentido futbolístico de la palabra, la otra tristemente la seguimos padeciendo. 

El fantasma de la soberbia que en algún momento, por grandes cantidades, se nos dio en los partidos de la eliminatoria; también el fantasma de la comodidad, de la autosuficiencia de los jugadores, sobre todo de los que vienen de Europa, aunque no les carguemos la mano totalmente a ellos, es momento de reconciliar; de estos fantasmas en el que de pronto aparecía el desánimo de jugadores cuando los europeos por default tenían un puesto por la cuestión mercadológica. 

Esos fantasmas desaparecieron y el otro fantasma que desapareció si se dio cuenta, es que una vez más comenzar un partido empujando, teniendo 15 minutos tremendos en los que se llega cuatro o cinco veces y no se hace un gol, la que falla Montes el del León frente al portero, no pasa a anécdota, porque estaba en fuera de lugar, el tirazo del “Maza” Rodríguez al larguero, la jugada en donde Raúl Jiménez pica y chuta al bulto y finalmente hasta que cae el gol y ahí se nos empiezan a ir los fantasmas.    

El fantasma del minuto 30 

Se acuerdan que en este mismo espacio habíamos comentado que habría que esperar 30 minutos y qué iba a pasar si el reloj empezaba a jugar en nuestra contra. 

Decíamos que de pronto podemos tener 15 minutos con llegadas, no hacer gol y entonces comienzan las inseguridades, y si llegamos al minuto 30 empatados 0-0  la gente comienza a desesperarse y meterse con el TRI. 

Es preferible un silencio sepulcral como el que hubo en algunos momentos en el Azteca y el gol de Paul Aguilar que rompe todo, el que termina con esta angustia que había en el estadio, no se escuchaban ruidos, había mucha angustia e inseguridad de lo que podía darse, en ese momento a la salida del portero que atropella a uno y otro, alguien pensaba en penalti, pero el único que caminó y avanzó Aguilar, anotó y esto sin duda…

Es el gol de las aceitunas

Porque si usted ha comprado aceitunas en el supermercado, abre el frasquito y no salen, pero de pronto se destraba la primera y las otras salen solitas. Sin embargo, Nueva Zelanda mostró que venía por un empate o recibir pocos goles y tuvo prácticamente un camión atrás con mucho orden. Irnos al descanso 2-0 fue lo mejor que nos ocurrió, después vino el gol de vestidor y lo demás es historia.

El momento futbolístico…

Que habría que disfrutar es ese gol extraordinario que es un poema, con el señorón que es Rafa Márquez, enviando a Miguel Layún que hace una gran jugada en el centro y cómo Raúl Jiménez se tira al primer poste y atrás llega Oribe Peralta, quien da un brinco descomunal para colocar el balón en el ángulo donde el portero, que por cierto qué porterazo, sacó dos o tres sobre todo en el primer tiempo, ese es el ideal, diría que es la cima del futbol que hoy presentó nuestro equipo.

Las revanchas personales

Hoy Rafa Márquez fue sin duda el alma de este equipo y Moisés Muñoz atrás y Oribe Peralta adelante, tres jugadores líderes que han sido ninguneados en los procesos de Selecciones Nacionales que hoy los reivindican. Conste que Rafa puede que no vaya a Brasil, él mismo lo sabe y reconoce, pero qué revancha personal tan extraordinaria donde por cierto, el propio Rafa hubo momentos en que regañó a jugadores. Por ahí pondría también el tema más importante de todos, hoy, el equipo mexicano…

Regresa a su esencia

¿Y cuál es esta?, privilegiar el trabajo de equipo sobre los nombres o las estrellas, estrellitas o figuras o infladones que nos puedan sacar del problema, aquí no hay mesías, no hay casualidades y tendría una última reflexión…

¿En dónde están los europeos?

Cómo habrán visto el partido, comentábamos ayer en este mismo espacio, si se platicarán entre ellos, si hablarán, cómo festejarán en estos sentimientos encontrados en donde el boleto se está consiguiendo sin su presencia. 

Hoy es importante que ellos mismos hagan grupo, se comuniquen con sus compañeros alternos, que no los sustitutos, hoy los que estuvieron en la cancha levantan la mano para una oportunidad en el Mundial, y en otra reflexión diría: ¡saludos mi querido “Chepo”! y con él uniría a Luis Fernando el “Flaco” Tena, los hemos denostado de una manera de verdad muy severa. 

Hoy ellos deben respirar profundamente, sentirse parte de este grupo, conocer de las debilidades de lo que ocurrió para que a ellos no les vuelva a suceder, pero es el momento que el futbol mexicano más que buscar culpables, tendremos que buscar una unión que no se da en muchas ocasiones.

 

Así las cosas pues, ¡“A GÜEVO”!, ganamos, recuperamos, estamos cerca de Brasil pero ¡cuidado! falta todavía cerrar los próximos 90 minutos… Así de fácil.

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