En el PRI de Nuevo León se comienza a vislumbrar un nuevo bloque político.
Con el virtual triunfo de Adrián de la Garza en Monterrey y la contundente victoria de Cesar Garza Villarreal, alcalde de Apodaca, con su hijo, Cesar Garza Arredondo, queda claro que ellos salieron fortalecidos y son los principales activos políticos del partido en la entidad.
A esto le suman que Karina Barrón, quien está en segundo lugar en la carrera por un escaño al Senado, también estaría en este nuevo bloque político.
La derrota del exdirigente del PRI, José Luis Garza Ochoa, en Guadalupe, así como los hermanos Francisco y Heriberto Treviño, en la reelección por la alcaldía de Juárez y una diputación local respectivamente, este partido se queda sin gobernar dos municipios bastiones priistas.
Mucho tiene que pensar el PRI de Nuevo León para recomponer el rumbo, y hacer cambios importantes. Veremos si se tiene la capacidad de tener una autocrítica, donde no pueden seguir marcando el rumbo los actores que han perdido terreno en muchos municipios y, sobre todo, en todo este estado.
Las dudas del juicio político
En el Congreso local se retomó el juicio político contra el gobernador Samuel García. La Suprema Corte de Justicia de la Nación concluyó que sería el Poder Legislativo local quien lleve este proceso, sin que el mandatario deje el cargo.
Pero, ya comienzan a surgir dudas de que en realidad se pueda avanzar este proceso, primero porque el PRI y el PAN no cuentan con la mayoría de 28 votos, y porque no se sabe qué tan valientes serán los diputados para llegar hasta las últimas consecuencias.
Quizás la narrativa de los legisladores panistas y priistas será en el sentido de que sí resolverán este proceso y dirán que tienen hasta el próximo 30 de agosto, que es cuando se acaba esta legislatura.
La duda más grande es qué tanto se puede aterrizar un acuerdo entre los liderazgos del PAN y PRI con el mandatario para que este proceso no se concrete, y, claro, a cambio habría una contraprestación de recursos para los ediles de la oposición.