Académicos respaldan el proyecto educativo de Claudia Sheinbaum

La Dra. Claudia Sheinbaum, a quien se le vio en un templete rodeada por más de 50 académicos destacados de todo el país en el Centro Cultural Ollin Yoliztli
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El neoliberalismo, al convertirse en el modelo económico y cultural hegemónico en el mundo, principalmente en occidente, logró imponer una manera individualista de ver y percibir la vida en prácticamente cualquier rubro. Hecho que en términos gramscianos se denomina como “sentido común”. Este sentido común permeó incluso en el método de creación y difusión del conocimiento, al convertir a buena parte de la academia en un espacio en el que, los que forman parte de ella, más que procurar desarrollos científicos y teóricos enfocados en construir conocimiento benéfico para la sociedad en su conjunto, concentraran sus esfuerzos en publicar contenido que les asegurara un lugar dentro de la casta académica. Dejaron de proliferar intelectuales combativos y dispuestos a tomar postura, para dar paso a otros más concentrados en mantener una posición presuntamente neutra y ajena a las fluctuaciones políticas.

Ha sido difícil hacer frente a estas inercias, por eso es llamativo ver sucesos como el foro llevado a cabo en días recientes en la Ciudad de México, que tuvo por nombre “La Educación y la Ciencia en la Transformación”, ocurrido el 16 de mayo en el Centro Cultural Ollin Yoliztli. Dicho evento institucional contó con la presencia de la Dra. Claudia Sheinbaum, a quien se le vio en un templete rodeada por más de 50 académicos destacados de todo el país, sin mencionar que entre el público también había aproximadamente 1 mil 200 asistentes pertenecientes a la comunidad académica de diversas disciplinas e instituciones.

En este evento, la jefa de Gobierno explicó las distintas políticas públicas en materia educativa que ha implementado en la Ciudad de México, tales como: la universalización de una beca destinada a alumnos de educación básica para palear desigualdades, la cual ya tiene becados a más de 1 millón 200 mil alumnos; la creación del Instituto Rosario Castellanos que ahora cuenta con aproximadamente 40 mil estudiantes; la creación de la Universidad de la Salud; la implementación del programa “La Escuela es Nuestra”, que abona a la democratización en el uso del presupuesto destinado para las escuelas; entre otras medidas.

Más allá de haber sido un encuentro en el que la jefa de Gobierno explicó políticas públicas en materia educativa que ha implementado a lo largo de su gobierno, si lo analizamos desde una óptica política, lo que se alcanza a visualizar es un respaldo de un espectro amplio de la academia a la estrategia implementada en este rubro en la Ciudad de México. No es poca cosa, considerando que en los últimos años se ha instalado el mito de la oposición de este sector a la 4T.

No le caería mal a México que la intelectualidad del país regrese a la arena de la discusión pública con argumentos, y que haga frente a una comentocracia que desde el 2018 no logra explicar el fenómeno político que se vive. Quizá este sea un paso hacia esa ruta. Ante un panorama que muestra la existencia clara de dos proyectos de nación —uno que quiere regresar o conservar lo que existía antes, y otro que más bien busca transformarlo—, es importante que personas capaces de darle un sentido a lo que ocurre y de abonar con conocimiento a lo que viene, comiencen a tomar postura. Los tiempos así lo requieren.

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