A love story

Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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Desde que Paul Thomas Anderson anunció que su siguiente proyecto sería una comedia romántica de época, quienes seguimos su carrera desde hace tiempo nos quedamos sorprendidos por su giro inesperado, venía de dirigir El hilo fantasma (2017), largometraje con el que el histrión Daniel Day-Lewis se despidió de la actuación, y que fue cálidamente recibido por la crítica, entonces, ¿ahora qué bicho raro le había picado al cineasta?

Entonces, se reveló el trailer de Licorice Pizza con la canción “Life on mars?”, de David Bowie, y la serie de escenas inconexas sólo agregaban mayor incógnita a esta producción, ¿un romance imposible?, ¿actores sobresalientes como Sean Penn, Bradley Cooper y Tom Waits en el reparto? ¿¡Qué demonios Thomas Anderson!? ¿A qué estás jugando?

Además, tomemos en cuenta que la película llega con retraso a México (en Estados Unidos salió en noviembre, porque primer mundo) y el hecho de que lograra nominaciones al Oscar en tres de las categorías principales, Mejor Guión, Mejor Dirección y Mejor Película, pues más ruido hace ahora que llega a salas (la función de prensa estaba a reventar, ahora resulta que todos son sus seguidores).

Y pues una vez que se aprecia Licorice Pizza se entiende el mérito, Thomas Anderson hace una película ubicada en la década de los 70, en Los Ángeles, California, y el pretexto es una historia de amor, tal cual, sin mayor pretensión, y el truco está en que este director, con apenas nueve películas bajo el brazo, se atreve a hacer su propia versión de chick flick adolescente.

Por si fuera poco, Thomas Anderson convenció al hijo del difunto Philip Seymour Hoffman (actor que apareció en cinco de sus ahora nueve películas), Cooper Hoffman, a que hiciera su debut actoral en el protagónico, junto a Alana Haim, artista musical que tampoco contaba con experiencia previa a cuadro.

Aún hay más, el cineasta californiano logra cameos importantes de personas que nunca se han dedicado a la actuación, como la familia completa de Haim, George DiCaprio (sí, el papá de ese Leonardo) y un montón de anécdotas más que no cabrían en este espacio editorial.

¿Qué mérito tiene Licorice Pizza? Que pese a ser una comedia romántica juvenil, refleja un momento de catarsis y descontento social en Estados Unidos: el embargo petrolero que sucede en esos momentos y la tensión xenofóbica hacia los homosexuales, que es un tema tabú, mientras que en Hollywood todo es hipocresía, vida galante y excesos por mayor.

Lo que siembra esta producción a futuro es ver cómo pueden despuntar las carreras de Hoffman y Haim en el terreno de la actuación, porque el talento de Thomas Anderson es una fórmula comprobada, que nunca ha tenido prisa por conquistar a la industria hollywoodense, porque pese a que él nunca ha ganado un Oscar (en seis de sus nueve películas ha estado nominado), eventualmente la estatuilla caerá en sus manos.

*La opinión expresada es responsabilidad del autor y no representa la posición del medio.

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