Cada país en el mundo ha registrado problemas de violencia e inseguridad a lo largo de los años. Sin embargo, algunos lo padecen más que otros. Como Yemen, donde los secuestros se han convertido en algo cotidiano.
Hace sólo una semana, se dio a conocer que cinco trabajadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fueron capturados por hombres armados en la Gobernación de Abyan, al sur de la nación de Oriente Medio, y sólo el pasado viernes uno de los presos había sido liberado.
“Seguimos reclamando el respeto total de los privilegios y la inmunidad del resto de los trabajadores de la ONU, así como su liberación inmediata”, declaró Stephen Dujarric, portavoz del secretario general de la organización, António Guterres.
5 empleados de la ONU secuestrados al sur de #Yemen
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— mikel ayestaran (@mikelayestaran) February 13, 2022
Pero este grupo no ha sido el único capturado en los últimos meses o incluso años. Desde 2009 que se originó la organización terrorista Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), se han registrado múltiples asaltos entre la población yemení, debido a que los secuestros son su principal fuente económica, de acuerdo con el informe Grupos Militantes de Ideología Radical y Carácter Violento (Instituto Español de Estudios Estratégicos, 2014).
“Además de la inmensa mayoría de donaciones que provienen de Arabia Saudí, otra fuente importante de ingresos han sido las actividades en el propio Yemen, principalmente por contrabando y secuestros.
“Esto último ha llegado a convertirse en una de las fuentes principales del grupo, principalmente de gobiernos occidentales que no han seguido las indicaciones de americanos y británicos de no pagar a los terroristas. Se cree que en los últimos años han recibido hasta 200 millones de dólares por este concepto”, se lee en el informe.
En la actualidad, se considera que el grupo está conformado por cerca de 500 hombres, aunque es probable que cuenten con miles de simpatizantes. Aproximadamente 56 por ciento de la AQAP son yemeníes, 37 saudíes y siete por ciento extranjeros.
Ante esta situación de violencia, el maestro Adán Miguel Rodríguez Pérez, académico en Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, opina que en realidad es muy poco probable que se controle, principalmente debido a que el gobierno de Yemen es sumamente débil para hacerle frente a un grupo radical como lo es esta organización.
“Aunque el gobierno pudiera decir que se deslinda del grupo, lo cierto es que en la práctica no tiene el poder para combatirlo. Eso es un problema difícil de resolver, porque Al Qaeda en Yemen ha estado desde los años 90 a través de diferentes ataques”, apunta el académico.
Gran parte del mundo, y con razón, sigue con preocupación el asedio de Rusia a Ucrania. Pero desde hace años, #Yemen sufre un desastre humanitario por el paso de los huties y su patrocinador Irán.
— Luciano Mondino (@lucianomondino_) February 17, 2022
Una luz en la comunidad internacional para Yemen
Ante la crisis de inseguridad y violencia que ha padecido Yemen en los últimos años, han sido principalmente las organizaciones humanitarias las que han intentado tomar acciones por el bien de la sociedad, pero eso no es suficiente.
En noviembre pasado, Achim Steiner, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), dejó en claro que Yemen necesitaba más atención y compromiso internacionales.
“La ONU, por sí sola, no puede negociar la paz. La comunidad internacional tiene que involucrarse y empujar a las partes hacia la resolución del conflicto. Esperemos que vuelvan a prestar atención, porque el coste de lo que está ocurriendo es atroz (…) Si hacemos lo correcto, el país podría volver al cambio”, detalló.
Así también el maestro Rodríguez Pérez comenta que a pesar de los llamados que ha hecho Naciones Unidas y de las donaciones que solicita para ayudar a la crisis humanitaria que vive el país, “en realidad el mundo se ha olvidado de Yemen, y por lo tanto es aún más difícil resolver este tipo de situaciones”.
Hasta ahora, sólo los Estados Unidos ha hecho hincapié en la situación de los yemeníes, asegurando en voz del presidente Joe Biden que su nación apoya todos los esfuerzos liderados por la ONU para poner fin a la guerra.
En ese sentido, sería cuestión de corto o mediano plazo para que la Unión Americana coordine un trabajo más reforzado con la organización, así como con sus aliados, para prestar mayor atención a la nación de Oriente Medio.
Pero además de enfrentarse a los miembros de la AQAP, se esperaría también un apoyo en materia alimentaria, sobre todo al registrar que el 80 por ciento de la población yemení necesita este tipo de ayuda para sobrevivir.
Según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 7.4 millones de personas en Yemen necesitan asistencia nutricional, incluidos 2.1 millones de niños y 1.2 millones de mujeres embarazadas o lactantes que sufren de desnutrición moderada o severa; una huella que de igual manera han dejado los años de guerra.
Por el momento, ACNUR sólo ha recaudado 22 por ciento de los fondos necesarios para atender la crisis humanitaria, pero para solventar las necesidades se requieren hasta 271 millones de dólares, los cuales se prevé lleguen a recaudarse de la unión de la comunidad internacional.