Es momento de que Estados Unidos incluya a dos personas más a su lista de posibles presidenciables para 2020. Son dos los personajes políticos que generaron ruido tras las elecciones intermedias: Beto O’Rourke y Elizabeth Warren, presuntos futuros rivales del mandatario Donald Trump.
Warren, quien logró ser reelegida como senadora este 6 de noviembre con el 60.3 por ciento de los votos, es conocida por ser una de las voces más críticas de la Cámara alta del Congreso de Estados Unidos, y una de las personas que más se ha puesto en contra de las ideologías políticas de la administración del presidente Donald Trump.
El pasado 29 de septiembre, fue la propia Elizabeth la que no se opuso a la idea de ser la candidata demócrata en 2020.
Un mes después de su anuncio, protagonizó una discusión con Donald Trump respecto a sus orígenes indígenas.
Trump la llamó mentirosa después de que la senadora presentara un análisis de ADN para probar que tenía ascendencia indígena. El magnate había dicho anteriormente que le pagaría un millón de dólares si realmente se confirmaba el origen que ella llevaba tiempo asegurando tener.
Por otra parte, la derrota del aspirante al Senado por Texas, Beto O’Rourke, parece que le favoreció.
De acuerdo con el sitio de apuestas internacional Betfair, las probabilidades de que O’Rourke, de 46 años, se convierta en el candidato a la presidencia de Estados Unidos es de 10 contra una.
Aunque el demócrata perdió la contienda contra el republicano Ted Cruz, durante su campaña elevó bruscamente su perfil nacional, y recaudó más de 38.1 millones de dólares en el tercer trimestre de su campaña, lo que lo convierte en el aspirante que más recorrido tuvo en una jornada electoral al Senado.
Además, dos hashtags #BetoforPresident y #Beto2020 surgieron en numerosos tuits, incluso cuando los tejanos seguían votando en la carrera del Senado este martes.