Vudú, la opción de Haití contra el Covid-19

Ante la falta de medidas e insumos para contrarrestar los contagios y muertes por coronavirus, en Haití, cada vez son más las personas que recurren con sacerdotes vudú para aliviar o prevenir los síntomas que desencadena este brote
Viviana Bran Viviana Bran Publicado el
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Para Haití, el vudú es el antídoto contra el Covid-19. Este país, uno de los más vulnerables de América Latina, hoy día se enfrenta a múltiples contagios y muertes por coronavirus. Ante la falta de hospitales, respiradores y medicamentos, algunas personas recurrieron a remedios naturales y prácticas rituales vudú de los sacerdotes houngan o sacerdotisas mambo con la intención de curarse o prevenir los síntomas de esta enfermedad. 

A pesar de que la nación haitiana anunció desde el 19 de marzo el cierre de sus fronteras para evitar la propagación del coronavirus, al 30 de mayo alcanzó los mil 584 contagios y 35 muertes, de acuerdo con los datos del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins (JHU). 

Aunque el número de personas infectadas no es tan alto como en otros países, la nación caribeña tiene uno de los sistemas de salud más frágiles del mundo. 

Además de que gran parte de la población vive en pobreza extrema y no tiene acceso a servicios médicos, solo cuentan con 200 camas disponibles en los centros hospitalarios del país para atender a sus más de 10 millones de habitantes, reveló Marie Greta Roy Clement, titular del ministerio de Salud en Haití. 

Claudia Edith Serrano Solares, candidata a doctora por el Programa de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que al estar rebasado el sistema hospitalario para atender los contagios por coronavirus, se despertó la necesidad de los haitianos por acudir con los sacerdotes vudú, quienes desde que comenzó la pandemia cobraron un papel relevante para apoyar al pueblo y su sanación.  

“Muchos creen que está práctica podría aumentar los riesgos a la salud, sin embargo, la mayoría de las veces se juzga lo que no se ve. Los sacerdotes están ofreciendo las iglesias vudú como un espacio de refugio, en donde pueden aislar del resto a las personas infectadas. Más allá de aplicarles un ritual, ellos lo que plantean es darle un espacio a quienes puedan llegar a presentar los síntomas de Covid-19, pero solo a los que no están tan graves y no necesitan un respirador”. 

“En estas cámaras, como también se les llama, los tienen en observación por varios días. Algunos sacerdotes aseguran que tienen una poción que cura, pero contrario a lo que muchos especulan, este remedio tiene que ver con una mezcla de plantas medicinales como la de madagascar y el eucalipto y otros elementos como el jengibre y la miel, los cuales ayudan principalmente a reforzar el sistema inmunológico”, explica la también docente de la FES Aragón, UNAM. 

El vudú y la lucha contra la esclavitud

Sobre todo en occidente el vudú se ha tergiversado. Muchas son las películas, libros o prácticas que relacionan a la religión con el muñeco de tela atravesado con alfileres o la zombificación, sin embargo, esta perspectiva no está ni un poco cerca del verdadero significado que esta creencia tiene para los haitianos. 

Para empezar, la ortografía correcta de vudú es en su lengua original: vodou. Esta práctica fue creada por los descendientes de africanos que fueron llevados a Haití (entonces llamado Santo Domingo) para convertirlos en esclavos y en creyentes católicos romanos en los siglos XVI Y XVII. 

El vudú comparte muchas cosas con el cristianismo pero se aparta de esa fe en su forma de entender el cosmos, en esta creencia no hay cielo ni infierno, sin embargo, al ser una religión distorsionada y satanizada, se le asocia de manera errónea con la magia negra y el diablo. 

La cosmovisión de los haitianos se centra en que los seres humanos son simplemente espíritus que se encuentran dentro un cuerpo físico en el mundo visible. Para ellos, otras fuerzas espirituales habitan el mundo que no se ve, y sus ancestros son quienes los guían a través de los sueños y señales. Todos los seres a los que muestran reverencia viven en una tierra mítica llamada Ginen (o Ginea), un África cósmica.

Históricamente, el vudú ha sido parte de una religión emancipadora a la cual recurrían los esclavos cuando eran maltratados brutalmente. De hecho, los espíritus de esta religión inspiraron la revolución en contra de los colonizadores franceses en Haití hace más de 200 años.

A partir de este momento histórico, el territorio haitiano se convirtió en la segunda nación independiente de América, después de Estados Unidos, y en la primera en abolir la esclavitud.

Luego de la batalla por su independencia, los franceses, dueños de esclavos empezaron a considerar al vudú como una amenaza, y por eso, también fue distorsionado por colonialistas blancos y políticos haitianos, así como por líderes espirituales.

Asimismo, durante el Siglo XX, las imágenes exóticas y negativas sobre el vudú reaparecieron cuando Estados Unidos expandió su influencia en el Caribe. De acuerdo con algunos analistas esta visión sobre Haití se desarrolló porque le tenían en la mira para el desarrollo industrial y tecnológico, así como para la explotación de mano de obra. 

La psicóloga Karla Maria Solano Ortiz comenta que el vudú para los haitianos es parte de una cosmovisión que les permite entender y comunicarse con el mundo espiritual, y es a través de esta creencia que logran sobrevivir a todos los momentos de tortura y esclavitud a la que fueron sometidos durante tanto tiempo. 

“El vudú para la mente occidental resulta incomprensible, ya que la práctica conlleva el uso de sangre, se relaciona con la muerte y los sacrificios de animales, entre otras cosas. El vudú es una de las tradiciones dentro de las culturas ancestrales que más sorprenden por este efecto mágico, en el aspecto de que no se puede comprender como es que funciona lo que hacen”. 

“En algunas de sus ceremonias se puede apreciar cómo es que un espíritu puede entrar y salir de una persona y provocar efectos curativos. Esta cultura ha dejado entrever que los africanos sobrevivieron gracias al vudú. Con el coronavirus de por medio, no es que esta religión resurja, si no que se comenzó a ver su verdadera esencia”, detalla Solano Ortiz. 

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