Los manifestantes nicaragüenses volvieron a las calles sin miedo y con más fuerza, así lo declaró uno de los cinco mil inconformes que marcharon ayer en contra del Gobierno de Daniel Ortega.
“Nos alejamos un poco de la lucha, aunque nunca nos fuimos, pero ahora volvemos con más fuerza que nunca”, dijo el activista Douglas Mata después de que el país viviera varias semanas de movilizaciones menos numerosas.
El activista declaró que la muerte, encarcelación, tortura y masacre generada por el Ejecutivo, hicieron que el pueblo nicaragüense sintiera temor.
“Mataron a mucha gente, encarcelaron a cientos de personas, torturaron, masacraron y reprimieron constantemente, y eso crea cierto temor en cualquier persona, que es lo que somos. Nosotros no somos héroes ni queremos morir, y por eso hubo un momento en el que nos alejamos un poco”, dijo el opositor a la agencia EFE.
El joven admitió que la paz, la libertad, la justicia y la democracia de su pueblo no tienen precio, pero que si hay que morir por la nación que merecen los nicaragüenses, lo harán.
Mata fue uno de los opositores contra Ortega que se unieron para exigir la libertad inmediata de los encarcelados en el marco de una crisis sociopolítica que vive la nación desde el pasado 18 de abril.
A pesar de las más de 400 muertes por las manifestaciones, de las amenazas y la represión, estudiantes, trabajadores independientes, pequeños empresarios, campesinos y representantes de la sociedad civil se sumaron a la protesta en el departamento de Managua.
De acuerdo con diversas organizaciones de derechos humanos, los centros penales nicaragüenses albergan a 135 presos políticos que han sido capturados por policías tras protestar contra la Administración del presidente Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.