El vínculo entre Musk y la derecha de Bolsonaro

En Brasil miles marcharon el Día de la Independencia para manifestar su apoyo hacia la red social X luego del más reciente intento del Poder Judicial para bloquearla
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
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En Brasil, la fraternidad que había dejado la Independencia entre la sociedad fue reemplazada por confrontaciones cuando miles de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro tomaron las calles de Sao Paulo para protestar por el bloqueo de la plataforma X en su país.

Para los bolsonaristas, la decisión de la Suprema Corte de impedir el acceso a X mediante el bloqueo de la aplicación móvil y la página oficial representa un “atropello a su libertad de expresión”, un argumento replicado por Elon Musk, el multimillonario dueño de la red social.

Desde el pasado 30 de agosto, la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (ANATEL) pidió a los proveedores de Internet suspender el acceso a la plataforma después de que la compañía se rehusó a nombrar a un representante legal en Brasil para responder por las investigaciones de diseminación de información falsa y la posible instigación de organizaciones criminales.

La acción de ANATEL llegó después de que la compañía de Musk se rehusara a bloquear las cuentas de usuarios de extrema derecha vinculados con las protestas por la toma de posesión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, esto como parte de una investigación comandada por el ministro Alexandre de Moraes.

Los inconformes con la baja de X portaban carteles con referencias al bloqueo y en apoyo al multimillonario dueño de la red social, mientras algunos usaban playeras de la selección brasileña de fútbol, un símbolo cooptado por Bolsonaro y su movimiento de extrema derecha.

Las protestas en la avenida Paulista implican una demostración de fuerza por parte del exmandatario, quien está inhabilitado para competir por cargos públicos hasta 2030.

La posición del expresidente Jair Bolsonaro ante el bloqueo de X

Durante la concentración contra el bloqueo de X, Bolsonaro acusó al juez Moraes de tiranía, denunció la persecución política de sus seguidores y llamó al Senado brasileño a retirar de su puesto al juzgador.

Para el expresidente y sus simpatizantes, el resultado que dio como ganador a Lula da Silva de las elecciones de 2022 fue un “fraude orquestado” por el actual presidente y el Poder Judicial; acusaciones sin evidencia.

Al compartir la idea de que la decisión del ministro fue arbitraria y políticamente motivada; Bolsonaro y Musk motivaron a las personas a desafiar los bloqueos impuestos por Moraes. Pese a las opiniones del magnate y el expresidente, la primera sala de la Suprema Corte ratificó la decisión del ministro, incluyendo la multa diaria de 50 mil reales brasileños (177 mil pesos mexicanos) a quien ingrese a la plataforma por medio de una red privada virtual.

Durante la manifestación, políticos bolsonaristas utilizaron la plataforma para invitar a la gente a unirse a las protestas.

En opinión de la doctora Regina Crespo, miembro del Centro de Investigaciones para América Latína y el Caribe (CIALC) de la UNAM, el argumento de la libertad de expresión es “una premisa tramposa” en la cual enmarcar la conversación respecto a la manifestación, puesto que las motivaciones para el cierre de la plataforma son jurídicas y en toda democracia los derechos tienen límites.

“Las fuerzas de la extrema derecha están tomando este conflicto como si fuera un golpe a la libertad de expresión; sin embargo, este conflicto tiene muchas más características legales. El máximo tribunal brasileño le pidió al Elon Musk retirar unas cuentas de la plataforma por mantener un discurso de odio y fake news que estimulaban la violencia, a lo que Musk se negó argumentando que mantenía la libertad de expresión.

“En ninguna democracia la libertad de expresión representa libertinaje ni falta de criterios para la circulación de información en lo público. Si son discursos de odio, apologías criminales y fake news, tiene que haber instrumentos para evitar su propagación por cualquier plataforma comunicativa”, resalta la especialista.

El expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, encabezó la manifestación del 7 de septiembre pese a enfrentar cargos por corrupción. Foto: Especial

El negocio de Elon Musk en Brasil va más allá de la red social

Para Musk, Brasil representa un mercado a destacar. Con 40 millones de usuarios de X en el país, una quinta parte de la población, la influencia que tiene la red social en el discurso público no puede ser subestimada; sin embargo, para el multimillonario, su empresa de telecomunicaciones, Starlink, es el verdadero negocio en la amazonia.

Durante el gobierno del expresidente Bolsonaro, la empresa de telecomunicaciones vía satélite de Musk firmó un contrato para proveer escuelas y hospitales en la selva amazónica con servicios de Internet. Pero esos servicios no son los únicos que dependen de Starlink, en la víspera de la medida judicial, el Ministerio de Defensa brasileño emitió un comunicado donde expresaba su dependencia de la compañía para sus operaciones en la jungla.

Más allá del conflicto con X, la doctora Crespo menciona que empresarios como Elon Musk mantienen una relación cuasi simbiótica con los movimientos de extrema derecha que se organizan en sus plataformas.

“La red X ha perdido muchísima de su relevancia y una gran parte de la opinión pública apoya al Poder Judicial al expulsar a la compañía, pero esta no es la única red social (…) No podemos perder de vista que la extrema derecha no es solamente brasileña o solamente latinoamericana, es una red mundial y está basada en profesionistas que cuentan con el apoyo de gobiernos, industrias y empresarios interesados en la expansión de esta ideología (…) así que por supuesto el movimiento bolsonarista es muy apoyado por esas redes”, señala la especialista.

La académica apunta que, pese a la movilización del 7 de septiembre, las recientes investigaciones en contra de Jair Bolsonaro, tanto por corrupción como por interferencia electoral, han debilitado su figura dentro de Brasil y en el seno del movimiento.

“Sigue teniendo influencia en la política brasileña, pero cada vez es más claro que (su ideología) rebasa su figura personal: el bolsonarismo rebasó a Bolsonaro como personaje y se mantiene como movimiento de extrema derecha absolutamente desconectado de pensamiento crítico o una evaluación ponderada de la situación política, económica y cultural del país con base en el combate al multiculturalismo, la presencia de una agenda moral estricta y un apoyo incondicional a la implantación del neoliberalismo”, remata la investigadora.

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