Viktor Orban se mantiene como primer ministro de Hungría por cuarta vez consecutiva; estos son sus desafíos

Ante la cuarta victoria consecutiva de Viktor Orban como primer ministro de Hungría, especialistas consideran que su permanencia se debe a la mano dura que representa en momentos de guerra. Sin embargo, tendrá que enfrentar distintos retos, como la entrega de fondos de la Unión Europea y la llegada de migrantes ucranianos a su nación
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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Hungría continúa sin cambios políticos. Su primer ministro desde 2010, Viktor Orban, seguirá en el poder por cuatro años más.

Con un total de 53.1 por ciento de los votos y 135 escaños ganados en el Parlamento, el ultraconservador se llevó las elecciones del pasado domingo, dejándole a la oposición sólo 56 asientos para sus representantes políticos.

Durante su discurso como el rotundo ganador, entre otras cosas Viktor Orban habló sobre sus opositores, dejando en claro que nunca había tenido tantos, entre ellos los medios de comunicación internacionales, “los burócratas de Bruselas” y hasta el presidente de Ucrania, Volodemir Zelenski.

Desde que comenzó la invasión en el lado este de Ucrania hace 40 días, Zelenski ha criticado la postura del gobierno húngaro por no dejar pasar a través de su país las armas que le envía la comunidad internacional de Occidente para enfrentar la guerra.

Esa posición lo ha alejado incluso de países como República Checa, Polonia y Eslovaquia, quienes consideran su actitud muy en favor de las acciones del presidente ruso, Vladimir Putin, caracterizado como uno de sus principales aliados.

Con Rusia, Hungría ha compartido lazos bilaterales desde años atrás debido a que el gobierno de Putin representa su principal proveedor de petróleo y gas, con el 65 y 85 por ciento respectivamente.

Sin embargo, naciones como Alemania han reflejado el desinterés que tienen en romper relaciones con la administración rusa con tal de defender la soberanía y la seguridad de los ucranianos.

El primer ministro alemán, Olaf Scholz, por ejemplo, dejó atrás el programa que tenía pactado con Rusia, Nord Stream 2, con la cual le suministraría gas a su población, desde que comenzó la invasión a Ucrania.

De ganar las elecciones de este domingo, la oposición húngara, representada por Péter Márki-Zay, había asegurado que se uniría con Polonia, Reino Unido y otros países para suministrar de armas a Ucrania, e incluso enviarle tropas para su defensa.

En cuanto se dio a conocer su derrota, Márki-Zay se dijo triste y decepcionado, considerando que la oposición había hecho “todo lo humanamente posible” para quitar a Viktor Orban del poder, haciendo referencia a la creación de Unidos por Hungría, la coalición que conformaron diferentes partidos para el día de las elecciones.

El doctor Lars Pernice, docente de la carrera de Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, comenta al respecto que a pesar de que Viktor Orban ha reducido un poco los contrapesos en el sistema político de Hungría con el objetivo de también lograr su permanencia en el poder, es el interés de la gente por tener a alguien con mano dura lo que lo ha mantenido al frente de su país.

“Es un fenómeno en el que las sociedades tienden a respaldar a la persona que está en el poder en situaciones de gran incertidumbre. Lo que está pasando en el país vecino, la invasión de la Federación Rusa, la entrada de muchos migrantes a su país, generó una inquietud en la sociedad húngara, y por eso también se prefiere votar por algo que ya se conoce o se tiene cierta confianza por tener una mano dura”, comparte.

A inicios de marzo pasado, Hungría junto a Eslovaquia y Moldavia recibieron a un tercio de los ucranianos que habían salido como refugiados; un nivel que aunque era mínimo, Orban no apoyaba al 100 por ciento.

“Nunca permitiremos que Hungría se convierta en un país objetivo de los inmigrantes. No queremos minorías con culturas y antecedentes diferentes entre nosotros”, llegó a declarar el primer ministro en 2018.

Los retos por delante para Viktor Orban

Además del arribo de refugiados ucranianos que se prevé sigan llegando a Hungría, el primer ministro Viktor Orban deberá enfrentar otros desafíos durante su nuevo mandato, el cual no terminará sino hasta 2026.

Entre esos retos está la entrega de fondos económicos por parte de la Unión Europea, los cuales no le han sido proporcionados al gobierno de Orban en los últimos meses debido al deterioro de su Estado de derecho.

Entre uno de los escándalos en los que recientemente estuvo involucrado el primer ministro, y que además agudizó su lugar en el grupo de los 27, fue la intención de impulsar una ley que prohibiera contenidos homosexuales en todas las escuelas, dejándole esa labor a los padres. Sin embargo, esa reforma no se aprobó debido a que no alcanzó el 50 por ciento de los votos que requería.

“Orban es como un niño rebelde con esa espina que dice: ‘Unión Europea, quiero tu dinero, pero déjame en paz con mi soberanía. No quiero que alguien desde afuera me diga cómo hacer las cosas’. Pero así no funciona esto. Le darán fondos siempre y cuando cumpla con ciertos criterios”, sostiene el doctor Pernice.

Bajo esa perspectiva, no se prevé que la filiación europea cambie de perspectiva respecto a la entrega de sus suministros económicos, sino hasta que el gobierno húngaro no refleje una afiliación a su Tratado, el cual establece que “la Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los de las personas pertenecientes a las minorías”.

En ese sentido, se espera que sea en el corto plazo que Viktor Orban se reúna con el resto de los aliados del grupo europeo, a fin de acordar un punto en común tras ganar su nuevo mandato y no sean sus ciudadanos los principales perjudicados.

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