Después de 35 años de la identificación de los primeros casos de VIH, las restricciones de viaje para las personas que tienen este virus son una prueba de que siguen siendo discriminadas. Hoy en el Día Internacional para la Cero Discriminación, una persona con este virus tiene prohibida la entrada a cinco países y diecisiete deportan a quienes se descubre tienen esta condición.
Los cinco países que mantienen las restricciones más severas en el mundo para la entrada de personas con VIH son Emiratos Árabes Unidos, Yemen, Omán, Sudán y Brunéi, de acuerdo al Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSida).
En estos países, sus autoridades prohíben la entrada a cualquier persona extranjera que tenga VIH y piden un examen médico para que puedan obtener cualquier tipo de visa, incluido un documento para sólo permanecer en el país como turista.
“Aunque no hay evidencia de que tales restricciones protejan la salud pública o ayuden a prevenir la transmisión del VIH, sí constituyen una discriminación basada en el estado serológico respecto del VIH y violan los derechos de las personas afectadas, especialmente el derecho del migrante a la libertad de movimiento”, afirma Naciones Unidas en un informe sobre discriminación por el VIH.
Desde el descubrimiento de los primeros casos, las personas que viven con este virus han sido deportadas o se les ha denegado la entrada a algunos países debido a su estado serológico. Con el transcurso de los años, las reglamentaciones que restringen la entrada, la estancia o la residencia de las personas con esta condición han llegado a conocerse en forma abreviada como “restricciones de viaje relacionadas con el VIH”, no obstante, estas leyes incluyen un espectro de movilidad más amplio que un simple viaje.
Estas normas restringen la entrada o estancia de personas VIH positivas que pretenden participaren turismo, viajes de negocios, empleo, estudio o inmigración. También pueden prohibir la permanencia de quienes solicitan asilo porque provienen de un país con algún tipo de conflicto armado o social.
Tal es el caso de Emiratos Árabes Unidos, uno de los países con restricciones más fuertes para las personas con VIH, que permite la libre permanencia de uno a tres meses a los viajeros con pasaporte de alguno de los 45 países a quienes considera exentos de requerimientos de visa. No obstante, a los ciudadanos del resto de países les exige que estén “sanos” como criterio para otorgar un permiso de entrada. Tener VIH supone para este país no ser una persona sana.
Las restricciones son aún mayores para quienes quieran obtener un permiso de residencia o trabajo en estos cinco países. Si se quiere conseguir un documento como este, el interesado está obligado someterse a una prueba específica de VIH independientemente de su lugar de origen.
Aunque sólo en cinco países existe una negación total al paso de personas con VIH y en 2011 los estados miembros de las Naciones Unidas acordaron eliminar las restricciones de viaje relacionadas con este virus, 35 países todavía tienen restricciones muy exigentes para impedir que las personas con esta condición entren a su territorio, sin embargo, estas normas no prohíben explícitamente la entrada a las personas con VIH.
Entre estos más de treinta países con restricciones importantes también hay algunos latinoamericanos, tales como Cuba, Paraguay, Nicaragua y República Dominicana.
Por otra parte, diecisiete países deportan personas si descubren que estas tienen VIH, tal es el caso de naciones como Rusia y Corea del Norte, de acuerdo a los últimos registros de ONUSida.
En la lista de naciones que expulsan de su territorio a quienes tienen VIH también se incluyen países como Egipto, Sudán, Irak, Siria y Jordania, algunos de estos se encuentran en conflicto armado y otros reciben refugiados de zonas violentas. Las restricciones de estos Estados complican la migración a las personas con VIH que buscan protección.
De acuerdo a ONUSida, la categoría “restricciones de viaje relacionadas con el VIH” puede incluir pruebas obligatorias sin asesoramiento ni atención médica; denegación de la oportunidad de trabajar o estudiar en el extranjero; deportación sin previo aviso, que deriva en la ruina económica; encarcelamiento; separación de la familia y los seres queridos; procedimientos de aplicación y “exenciones al ingreso”; y notificación del estado serológico en los documentos de inmigración.
Todas estas situaciones violan los derechos humanos y son expresiones de discriminación, según lo estipulado por las Naciones Unidas.
Brasil se preocupa por los jóvenes
Mientras las personas con VIH no pueden viajar por todo el mundo, algunos países luchan para disminuir los casos de individuos con este virus en su territorio. Tal es la situación de Brasil, la nación con más casos de VIH en América Latina actualmente, de acuerdo al CIA World Factbook. Este país es uno de los primeros en vías de desarrollo en adoptar el uso del tratamiento llamado profilaxis preexposición como parte clave de su política de salud que pretende reducir el aumento pronunciado de casos de VIH entre los jóvenes.
Durante la fase inaugural de este programa, la pastilla que reduce de manera drástica el riesgo de contraer el virus estuvo disponible sin costo para los brasileños elegibles en 35 clínicas de salud pública en 22 ciudades.
Entre 2006 y 2015 casi se triplicó la cantidad de casos de sida entre hombres de 15 a 19 años para alcanzar 6.9 casos por cada 100 mil personas. Entre brasileños de 20 a 24 años la tasa se duplicó a 33.1 casos por cada 100 mil personas, de acuerdo con ONUSida.
Tan solo en 2016 fueron reportados 48 mil nuevos casos de infección de VIH en Brasil, al igual que unas 14 mil muertes por enfermedades vinculadas al sida, según la agencia de la ONU.
Durante el primer año del programa en Brasil, el Ministerio de Salud destinó 2.7 millones de dólares para adquirir 3.6 millones de pastillas. Además de estas habrá revisiones y cuidados adicionales sin costo en las clínicas públicas. Esta es una de las estrategias en América Latina que está ayudando a disminuir las infecciones de VIH.
Sin medicamento para los venezolanos
No sólo las personas con VIH que viajan está en peligro, sino también aquellas que se encuentran en países con desabastecimiento de medicamentos. En la actualidad existe un 90 por ciento de escasez de medicinas e insumos a nivel nacional en Venezuela, de acuerdo a “Institucionalidad democrática, estado de derecho y derechos humanos en Venezuela”, tercer informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la situación en el país sudamericano. Este documento demuestra que las personas con VIH no están teniendo acceso a los medicamentos que necesitan para tener una vida digna.
Venezuela recibió su última orden de antirretrovirales en septiembre de 2017, según denuncias de organizaciones locales que ofrecen apoyo a personas con VIH.De acuerdo a Amnistía Internacional, el país actualmente no tiene los antirretrovirales necesarios para las 77 mil personas seropositivas en Venezuela, lo que provoca que su salud y sus vidas estén en grave riesgo.
Hasta el primero de diciembre de 2017, las personas con VIH en Venezuela solo tenían acceso a cinco de los 27 medicamentos antirretrovirales que debería haber disponibles para un tratamiento completo.
Durante el 2017, por lo menos el 70 por ciento de todas las personas seropositivas en Venezuela habían estado recibiendo tratamiento de forma intermitente por el constante desabastecimiento en las farmacias y por la inflación en constante aumento.
Continúan las infecciones en Sudáfrica
Sudáfrica es el país con más personas con VIH en el mundo actualmente. 7 millones de sudafricanos tienen este virus, según el registro del CIA World Factbook. De acuerdo al informe de Amnistía internacional 2017/2018, a pesar de las políticas oficiales destinadas a reducir la propagación del VIH, la incidencia seguía siendo especialmente alta entre mujeres y niñas, con unas 2 mil nuevas infecciones por VIH semanales entre las mujeres jóvenes y las niñas de entre 15 y 24 años.
Contra la discriminación
Hoy se celebra el Día Internacional para la Cero Discriminación y ONUSida destaca este año el derecho de todos a estar libres de discriminación y en especial el derecho de las personas que tienen VIH a ser tratadas con respeto. “Nadie debería ser discriminado debido a su edad, sexo, identidad de género, orientación sexual, discapacidad, raza, etnia, idioma, estado de salud (incluido el VIH), geográfico ubicación, estado económico o estado migratorio…”.
Los primeros casos de VIH fueron identificados hace 35 años. El 23 de enero de 1983, el científico Luc Montagnier, del Instituto Pasteur de París, descubrió este virus como la causa del sida. Desde que se declararon los primeros casos de VIH, 76 millones de personas han contraído este virus y 35 millones han muerto por enfermedades relacionadas con el sida.