La imagen es poderosa: un hombre, con su traje militar de gala, y una mujer vestida de novia, se casan frente al muro fronterizo que divide a México y Estados Unidos.
Se trata de Flor Mercado y José Francisco López, quienes escogieron la valla para su enlace matrimonial.
López es uno de los veteranos de la guerra de Vietnam. Cuando tenía 14 años, en 1960, emigró a los Estados Unidos. Él es originario de Torreón, Coahuila. Sirvió al Ejército y fue enviado al conflicto de Asia, en el año de 1968. Cuando se enlistó, dice, le prometieron que al regresar le darían la ciudadanía estadounidense. No le cumplieron.
En 1995 fue detenido cuando buscaba comprar un estupefaciente. Después de 8 años en una prisión federal, fue deportado a Ciudad Juárez. En esa ciudad de Chihuahua, tuvo que empezar a construir su vida desde cero.
En 2012, casi 10 años después de haber sido deportado, supo que en Tijuana se abrió una casa de apoyo a migrantes deportados, bajo la batuta de Héctor Barajas, otro militar que fue expulsado de los Estados Unidos, y que tras obtener el perdón del gobierno estadounidense, ahora ya es por fin ciudadano de ese país.
José Francisco hizo lo mismo en Ciudad Juárez, donde creó y dirige la Casa de Apoyo a Veteranos Deportados.
Ahora, a sus 74 años, decidió contraer matrimonio con Flor, su novia de cinco años y quiso mandar un mensaje.
Como él, decenas de veteranos de guerra del Ejército, la Marina o la Fuerza Aérea de los Estados Unidos han sido deportados a pesar de haber puesto en riesgo su vida, al combatir por ese país.
En México, algunos de ellos se organizaron para apoyarse y presionar al gobierno de los Estados Unidos para obtener, si no el perdón y la ciudadanía, al menos beneficios económicos por haber servido a ese país por años.
La expulsión de veteranos ha sido una práctica común de las autoridades de Migración de los Estados Unidos.
Omisiones y deportaciones de veteranos
Las autoridades de Migración de los Estados Unidos no siguen sus propias reglas a la hora de deportar a veteranos de guerra.
Un reporte de la Oficina de Responsabilidades del Gobierno de los Estados Unidos (GAO, por sus siglas en inglés), encargada de la rendición de cuentas del propio gobierno norteamericano, revela que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), no aplica los protocolos correctamente cuando se trata de deportar a un veterano de guerra
Entre otras cosas, las autoridades deben evaluar la salud de los veteranos, para saber si sufren consecuencias de su participación en conflictos armados, o revisar su historial de servicio.
Nada de esto se hizo, por lo que ICE tuvo omisiones en los procesos de deportación de veteranos de guerra.
“Cuando los agentes y oficiales de ICE se enteran de que se han encontrado con un veterano potencialmente removible, las políticas de ICE requieren que tomen medidas adicionales para proceder con el caso. GAO descubrió que ICE no siguió de manera consistente sus políticas que involucran a veteranos que fueron colocados en procedimientos de deportación desde los años fiscales 2013 hasta 2018.
“La implementación consistente de sus políticas ayudaría a ICE a garantizar que los veteranos reciban los niveles apropiados de revisión antes de que se les coloque en procedimientos de deportación”, expone el reporte antes mencionado.
Esta omisión en los procedimientos ha provocado que cientos de veteranos sean enviados a sus países de origen, donde esperan ser admitidos nuevamente en los Estados Unidos.
El propio reporte reconoce que la Ley de Inmigración y Nacionalidad permite que los miembros del servicio que no sean ciudadanos, puedan adquirir la ciudadanía mediante su servicio, al final algunos de ellos no hacen los trámites correspondientes o no cumplen con los requisitos.
Así, si un veterano de las Fuerzas Armadas se convierte en una persona que pueda ser deportada de los Estados Unidos, ICE debe tomar medidas extras para evaluar su caso y decidir si lo expulsa del país, lo que no ha hecho.
GAO decidió revisar lo que ocurrió con los casos de veteranos entre el 2013 y el 2018, tiempo en el que se tiene registro de los casos. Encontró que no se sabe siquiera cuántos veteranos han sido deportados del país norteamericano.
Al no aplicar los procedimientos como debería, veteranos de guerra han sido deportados incluso por faltas menores y no por delitos graves.
Solo algunos veteranos han conseguido que Estados Unidos los acoja nuevamente después de varios años de su deportación; otros, solo han vuelto a ese país ya muertos, en un ataúd.
Es el caso de José López, quien el 2 de octubre pasado volvió nuevamente a los Estados Unidos… pero ya muerto.
Fue atacado por sicarios, en Chihuahua, y recibió un balazo en la cabeza. Permaneció varios días hospitalizado y, al final, un ataque al corazón acabó con su vida el 27 de septiembre.
Habían pasado 11 años desde que fue deportado. Tenía 52 años cuando murió.
Una vez fallecido, las autoridades de los Estados Unidos le permitieron a su familia ingresar el cuerpo para sepultarlo en Nuevo México.
Otros militares participaron en sus honras fúnebres y se le hizo un homenaje militar durante su sepultura. Su familia, incluso, recibió una bandera de los Estados Unidos, con la que se cubrió su ataúd. Solo así pudo regresar a casa.
Aunque no se tiene una cifra exacta de cuántos veteranos han sido deportados de los Estados Unidos, los propios veteranos calculan que quizá sean unos 2 mil excombatientes los que fueron expulsados del país por el que lucharon.
La cifra fue dada al diario The Washington Post por Héctor Barajas, ahora ciudadano norteamericano y líder de la Casa de Apoyo a Veteranos, en Tijuana, que permaneció más de una década en México tratando de volver a los Estados Unidos.