El puño represor en Venezuela

Mientras el presidente Nicolás Maduro está en Cuba arropado por los aliados que le quedan en el continente, las protestas en contra de su régimen elevan el tono en Venezuela provocando una respuesta más fuerte de los órganos policiales.

Los opositores han reportado ya la muerte de dos manifestantes y cientos de heridos durante las recientes jornadas de protesta, que se han dado tanto en Caracas como en algunas ciudades del interior.

130
Personas continuarían aún recluidas, de acuerdo con Foro Penal
Organismos como la ONU y la OEA exigen al presidente Nicolás Maduro respetar el derecho a la manifestación

Mientras el presidente Nicolás Maduro está en Cuba arropado por los aliados que le quedan en el continente, las protestas en contra de su régimen elevan el tono en Venezuela provocando una respuesta más fuerte de los órganos policiales.

Los opositores han reportado ya la muerte de dos manifestantes y cientos de heridos durante las recientes jornadas de protesta, que se han dado tanto en Caracas como en algunas ciudades del interior.

El pasado lunes 10 de abril, un manifestante de 19 años perdió la vida tras recibir un disparo en el cuello durante una protesta en la ciudad de Valencia.

Además, una mujer de 87 años falleció de un infarto en su apartamento tras inhalar los gases tóxicos empleados por las fuerzas de seguridad en Caracas.

La ONG Foro Penal Venezolano informó que en las protestas registradas del 4 al 10 de abril en Venezuela se han producido 281 arrestos, y que hasta el momento más de 130 personas continúan recluidas.

Esta organización asegura que además de los verificados arrestos durante las protestas, las autoridades están haciendo detenciones selectivas de líderes opositores, lo que, de ser cierto, elevaría la cifra de presos políticos del régimen.

La tensión en las calles ha llegado a su punto máximo. Ya no se trata solamente de protestas en contra de la dictadura de Maduro o de las decisiones del Tribunal Supremo, tampoco por la petición de realizar elecciones generales.

Los venezolanos también han salido a las calles por la situación de emergencia humanitaria y la profunda crisis económica: inflación desmedida, severa escasez de alimentos, productos básicos y medicinas.

Aunque sí se han registrado algunos casos de violencia e incluso saqueos de los manifestantes, la respuesta oficial ha sido desproporcionada: gases tóxicos, agresiones e incluso disparos se han vuelto una constante para contener las protestas, y la represión se ha sentido con mayor fuerza en Caracas, la capital.

Venezuela vive una crisis económica, social y política sin precedente. Nicolás Maduro no parece estar abierto a la celebración de elecciones generales, mucho menos a hacerse a un lado.

Al contrario, sus últimas acciones han ido encaminadas a fortalecer la dictadura y debilitar a la oposición.

Aunque el nivel de protesta sigue incrementándose, quizá la presión internacional a la que está sometido el régimen será la que termine propiciando algún cambio.

‘En dictaduras no hay límites’

El reciente intento de golpe de estado orquestado desde el Tribunal Supremo en contra del Congreso también exhibió que la pregonada unidad chavista está lejos de ser una verdad absoluta.

Con este golpe, Maduro quiso cimentar aún más la dictadura de facto en Venezuela y aplastar a la oposición, que es mayoría en el Congreso.

Días después el Tribunal tuvo que dar marcha atrás ante la presión internacional. Al final el fallido golpe exhibió a Maduro y lo debilitó.

Maduro enfrenta quizá el periodo más crítico de su mandato, parece cercado por todos lados, sigue perdiendo apoyos. La respuesta del oficialismo ha sido la represión, no solo en las calles, sino intentando desprestigiar y acotar a la oposición por todos los medios.

La semana pasada, el régimen dio una nueva muestra de su vena dictatorial. La Contraloría General de la República determinó inhabilitar a Henrique Capriles para ejercer cargos públicos durante los próximos 15 años.

Carpriles, excandidato presidencial y gobernador del estado de Miranda, es uno de los principales opositores a Nicolás Maduro. Aunque la defensa ya está evaluando medidas para revocar la inhabilitación, a la vez existe preocupación de que el opositor pueda ser detenido, pues considera que “en dictaduras no hay límites”.

Presión internacional

Las medidas recientes del gobierno de Nicolás Maduro han generado indignación fuera de las fronteras venezolanas, y las respuestas oficiales condenando la situación siguen llegando.

La última vino por parte del Gobierno de Estados Unidos.

El Departamento de Estado, encabezado por Rex Tillerson, a través de un comunicado condenó al gobierno de Venezuela por silenciar a las voces opositoras.

También ofreció su respaldo a las manifestaciones en Caracas, calificándolas como un eco del deseo del pueblo venezolano por “elecciones prontas, respeto a la Constitución y a la Asamblea Nacional y libertad para los presos políticos”.

Desde Francia, el Ministerio del Exterior también se pronunció sobre la sanción a Capriles, afirmando que con esta medida se comprometería la credibilidad de próximas citas electorales.

A la condena internacional se sumó el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que pidió al Gobierno venezolano respetar el derecho a la manifestación pacífica y a la libertada de expresión de los ciudadanos, haciendo un llamado a todas las partes a renunciar a la violencia.

La vocera del Alto Comisionado también habló sobre la inhabilitación a Capriles, recordando que éste ha sido elegido en forma democrática y pidió a las fuerzas de seguridad que operen en concordancia con los estándares internacionales para lidiar con las manifestaciones.

Por su parte, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, insistió en que por razones de estabilidad en la región Venezuela necesita un gobierno legítimo y democráticamente electo.

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Venezuela se encuentra en estado de excepción y de emergencia económica, lo que le concede al presidente Nicolás Maduro más poderes y cancela las garantías individuales de la población, es el último intento de control del gobierno de una nación que se colapsa.

De igual manera, las Fuerzas Armadas Venezolanas reanudarán, el próximo fin de semana, ejercicios militares, como preparación ante lo que el gobierno califica como un intento de invasión extranjera, además de ser una demostración de poder del régimen.

MADURO Venezuela va de gira

Las imágenes de tiendas abarrotadas de personas, pero sin muchos productos qué comprar, continúan dañando la imagen del gobierno del presidente Nicolás Maduro en Venezuela. 

Ante ello, el gobierno ha buscado en el exterior una solución a sus problemas de desabastecimiento interno, causado en parte por estrictos controles de precios e intervención en el mercado cambiario.