Vacunación obligatoria, la primera derrota de Scholz
A cuatro meses de haber tomado posesión, el canciller alemán puso a votación del Parlamento una propuesta en favor de la vacunación obligatoria, la cual fue rechazada aun cuando su nación registró una baja en su programa de inmunización
Fernanda MuñozEl gobierno del canciller alemán, Olaf Scholz, recibió su primer gran golpe político desde que tomó posesión en diciembre pasado: Su propuesta en favor de la vacunación obligatoria contra el COVID-19 para personas de 60 años fue rechazada por la mayoría de los miembros del Bundestag.
En total, 378 diputados votaron en contra, mientras que 296 a favor, una diferencia de 82 votos que no pudo unir a su proyecto a pesar de los esfuerzos emitidos.
En primera instancia, el líder alemán aumentó la edad para la inmunización obligatoria, de los mayores a 18 años a los de 50 y finalmente a las personas de 60 para que pudiera ser aprobada.
Además, hizo que su ministra de Asuntos Exteriores, y representante del Partido Los Verdes, Annalena Baerbock, regresara de una reunión en la OTAN antes de tiempo para llegar a emitir su voto, tomando en cuenta que el canciller necesitaba de todos sus colaboradores para sacar adelante su plan sanitario.
Quienes se han manifestado por casi todas las medidas contra la pandemia han sido los miembros del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania, llegando a aplaudir el resultado que obtuvo Scholz con su última propuesta.
A pesar de que en Alemania no se había planteado la vacunación obligatoria desde que se empezaron a producir las dosis, el actual gobierno decidió impulsar esta propuesta considerando el poco avance que ha tenido su programa de vacunación a nivel nacional en los últimos meses.
De acuerdo con datos de Our World in Data, fue a partir de febrero pasado que el país comenzó a tener una baja en sus aplicaciones de vacunas, registrando hasta el pasado 7 de abril un total de 62.22 millones de personas totalmente inmunizadas.
Asimismo, el canciller intentó aprobar este proyecto debido a que una parte de sus ciudadanos no han acudido a los centros de vacunación a pesar de los requisitos ya establecidos, como la prohibición del acceso a personas no inmunizadas a lugares de ocio, entre ellos restaurantes, cines y teatros.
Se espera que en el mediano plazo el gobierno de Scholz vuelva a plantear ante el Bundestag la vacunación obligatoria, considerando la llegada de nuevas olas de contagios, así como próximas variantes del coronavirus.