Vacíos de verdad
La historia de Nelson Mandela es inmortal: tras 27 años en la cárcel por pelear contra el apartheid (sistema racista de Sudáfrica), se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente en su país, y lo gobernó sin rencor hasta lograr la reconciliación entre blancos y negros.
Nelson Mandela nació el 18 de julio de 1918 en un poblado de 300 habitantes. Pertenecía al clan Madiba de la etnia xhosa, fue uno de los 13 hijos, que tuvo su padre con sus cuatro esposas, su madre era la tercera.
Pablo Mier y TeránLa historia de Nelson Mandela es inmortal: tras 27 años en la cárcel por pelear contra el apartheid (sistema racista de Sudáfrica), se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente en su país, y lo gobernó sin rencor hasta lograr la reconciliación entre blancos y negros.
Nelson Mandela nació el 18 de julio de 1918 en un poblado de 300 habitantes. Pertenecía al clan Madiba de la etnia xhosa, fue uno de los 13 hijos, que tuvo su padre con sus cuatro esposas, su madre era la tercera.
Hoy mientras sus más de 250 premios y reconocimientos internacionales, incluido en 1993 el Premio Nobel de la Paz, cuelgan en los muros, su vida pende de un respirador artificial y el mundo entero sabe que alguien verdadero está por marcharse.
Más que la riqueza, la belleza o la salud, es la verdad la principal necesidad de la persona humana. Conocida como la adecuación de la razón a la realidad la verdad se vuelve indispensable para el equilibrio y bienestar de las personas y sus instituciones.
Los vacíos de verdad que cíclicamente provocan sujetos como el priista Andrés Granier, exgobernador de Tabasco, o el panista Luis Armando Reynoso Femat, exgobernador de Aguascalientes perseguido por la justicia por su presunta responsabilidad en los delitos de peculado y ejercicio indebido de la autoridad, solo por citar algunos casos, dañan más de lo que creemos a nuestro país que bien a bien ya no sabe si creer o en qué creer.
Así lo refleja una encuesta que levó a cabo en México, que ya casi no cree en nadie, por el periódico El País, hace poco más de un año, donde El Ejército Mexicano alcanza la calificación más alta con un 7.4, los periodistas 6.6, los maestros 4.0, los consejeros del ife 3.7, los policías federales y los banqueros 3.6. La Policía Estatal, la Procuraduría General de la República, los ministros de la Suprema Corte de Justicia 3.2. Los gobernadores de los estados 2.8, los líderes de sindicatos 2.6, los Senadores 2.4 y los Diputados 1.6.
Como cada encuesta, los números no suelen ser siempre perfectos y se pueden prestar a interpretaciones, sin embargo reflejan la opinión de un segmento de la sociedad sobre el trabajo que realizan millones de mexicanos, que les guste o no, siempre son calificados. Yo estoy de acuerdo con estos números –vox populi, vox Dei- pero usted ¿qué opina?
Es el México Pirata que nos rodea que mientras más miente en más pirata de convierte; no en balde el 6 por ciento del mercado de telefonía móvil en México es pirata, es decir, 2.4 millones de celulares, en México son falsos, según asegura José Luis Martínez de Nokia.
No nos conviene jugar así con la verdad porque si la verdad muere casi el hombre muere con ella, tal y cómo pasó en el caso ABC, tan enredado que no puede ya la verdad salir a flote como posiblemente no lo haga con las 12 personas que estaban en el Heavens After.
La figura de Mandela (Madiba) aun cuando muera no se apaga porque es tal el instinto de conservación del hombre que, como lo hizo en el caso de John Henry Newman, se las ingenia para mantener en la memoria a los hombres de verdad.