Su historia ha traspasado fronteras y su fecundo ejemplo ha inspirado la acción de muchas otras personas en todo el mundo. Los logros de Wallenberg nos recuerdan la constante necesidad de combatir la injusticia y el racismo.
Como diplomático y hombre de negocios, Wallenberg se incorporó en junio de 1944 a la misión diplomática de Suecia en Budapest.
Su trabajo consistió en lanzar una operación de salvamento de judíos.
Les proporcionó pasaportes de protección suecos y les brindó refugio en edificios alquilados al efecto, las llamadas “Casas de Suecia”.
Así logró rescatar a decenas de miles de judíos de una muerte segura.
En enero de 1945, Wallenberg fue encarcelado por las fuerzas soviéticas y mucho indica que fue asesinado mediante inyección letal en la prisión de Ljubljanka.
Pereció el ser humano, pero la memoria de sus hazañas perdura y nos sirve de ejemplo.
Raoul Wallenberg pertenece a esa categoría de personas íntegras que contribuyen a dignificar la vida, que por sus acciones se convierten en referentes de integridad frente al mal, apoyados en esa fortaleza llamada valor civil.
Y ¿qué es el valor civil? Consiste en actuar para oponerse a la privación de los derechos fundamentales del prójimo, arriesgando incluso la propia vida.
En México ha habido y hay muchos ejemplos de personas que han obrado así.
Cómo no recordar al cónsul de México en París durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas, Sr. Gilberto Bosques Saldívar.
Este contemporáneo mexicano de Wallenberg logró salvar la vida a miles de republicanos españoles que, al finalizar la guerra civil, cruzaron la frontera hacia Francia, así como a judíos, comunistas y otros perseguidos, recluidos en los campos de concentración nazis.
En la actualidad, cabe citar a la periodista Lidia Cacho, al padre Solalinde y al poeta Javier Sicilia, entre los más conocidos.
Pero no podemos olvidar a todas aquellas personas que, sin obtener reconocimiento público ni ocupar titulares, realizan actos que mantienen en alto el valor civil.
De estos héroes anónimos hablará esta tarde el antropólogo Brian Palmer, reconocido ponente de la Universidad de Uppsala en Suecia y de Harvard en EU.
Ahora son ellos los que dan ejemplo y muestran la importancia del valor personal. Su seguridad depende en gran medida de nosotros y nuestro apoyo a la lucha por los derechos humanos.
Actualmente, vemos cómo esta lucha se manifiesta en todo el mundo en la defensa de migrantes; en la protección a las víctimas de la trata de personas; en el apoyo a las personas sometidas a violencia de género y en la denuncia de injusticias de todo tipo.
Es importante recordar que la acción de una sola persona puede marcar la diferencia.
Por ello conmemoramos a Raoul Wallenberg y al valor civil con esta exposición que estará en el Tec de Monterrey durante el mes de febrero.
El autor es Embajador de Suecia en México.