Una guerra millonaria
Los tripulantes del barco USS Underwood vigilaban con sus lentes de visión nocturna cuando detectaron una lancha arrojando paquetes por la borda.
El Underwood es solo una muestra del despliegue que evidencia que Estados Unidos está militarizando la lucha contra los carteles de la droga en Latinoamérica, en su más costosa iniciativa en la región desde el fin de la Guerra Fría. Ha gastado más de 20 mil millones de dólares en ello en la última década.
Martha Mendoza
Los tripulantes del barco USS Underwood vigilaban con sus lentes de visión nocturna cuando detectaron una lancha arrojando paquetes por la borda.
El Underwood es solo una muestra del despliegue que evidencia que Estados Unidos está militarizando la lucha contra los carteles de la droga en Latinoamérica, en su más costosa iniciativa en la región desde el fin de la Guerra Fría. Ha gastado más de 20 mil millones de dólares en ello en la última década.
Tropas del Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y la Guardia Costera están siendo empleadas para perseguir, detectar y capturar a contrabandistas de drogas.
La sofisticación y la violencia de los carteles es tal que los militares estadounidenses entrenan no sólo a las fuerzas del orden de países latinoamericanos sino también a sus fuerzas armadas, con costosos equipos, radares, aviones, barcos, aeropuertos y bases de abastecimiento, todo con el fin de detener el flujo de drogas que va de Sudamérica hacia EU.
El director antidrogas estadounidense, Gil Kerlikowske, dice que la estrategia está dando frutos y, aunque señala como prueba la sustancial disminución de la violencia y producción de cocaína en Colombia, se trata de una aseveración relativa cuando se observa el debate que suscita.
La AP revisó documentos sobre exportaciones de armas, contratos militares, cifras de ayuda militar y de maniobras armadas en la región, detectando una estrategia de guerra que se inició en Colombia, se trasladó a México y es ahora enfocada en Centroamérica.
EU autorizó la venta de 2 mil 800 millones de dólares en fusiles, satélites, equipos de radar y gases lacrimógenos a países del Hemisferio Occidental en el 2011, una cifra sin precedentes y cuatro veces lo que era 10 años atrás, según cifras del Departamento de Estado.
En esa misma década, los contratos de defensa aumentaron de 119 millones de dólares a 629 millones, para financiar una amplia gama de equipos.
El año pasado 830 millones de dólares — casi 9 de cada 10 dólares en ayuda policial y militar enviada a la región— fueron para la lucha antidrogas, un aumento de 30 por ciento en una década.
Muchas fuentes en las agencias de la ley — como la DEA, el ICE y el FBI — aplauden la nueva estrategia, pero otros opinan que militarizar la lucha en una región de frágiles democracias e instituciones corruptas podría agravar la inestabilidad política sin hacer mella en una industria que según la ONU, produce 320 mil 000 millones de dólares anuales.
El congresista Eliot Engel, demócrata por Nueva York y presidente del Subcomité de la Cámara de Representantes para Asuntos del Hemisferio Occidental los últimos cuatro años, denuncia que los esfuerzos apoyados por EU de combatir a los carteles mexicanos sólo ha logrado hacerlos “más fuertes y más violentos”.
La presencia de EU
En todo momento hay unos 4 mil soldados estadounidenses en Latinoamérica y cuatro buques de la Armada de EU a lo largo de ambas costas de Centroamérica. Pilotos de la Fuerza Aérea volaron más de 46 mil 400 horas en misiones antidroga en el 2011, y agentes de por lo menos 10 agencias de la ley de EU están en funciones en todo el continente.
Un problema eterno es que en muchos de los países de la región la policía es muy débil o corrupta y los gobiernos han recurrido a las fuerzas militares para combatir a los narcotraficantes, lo cual a veces ha degenerado en violencia.
Frank Mora, el subsecretario saliente de defensa para asuntos del Hemisferio Occidental, insistió en que ello no implica que la guerra antidrogas se está militarizando y que el rol del Departamento de Defensa, por ley, es sólo de vigilar y detectar.
Lo cierto es que EU está desplegando fuerzas militares también. No sólo está la Cuarta Flota en el Caribe, el Pacífico y el Atlántico sino que la Infantería de Marina fue despachada a Guatemala el año pasado, y hay efectivos de la Guardia Nacional en Honduras.
El gobierno estadounidense califica estos despliegues de misiones importantes que dan buenos resultados porque cientos de miles de kilos de cocaína son confiscados cada año en ruta hacia EU y, además, el estudio más reciente muestra una significativa reducción en el consumo de cocaína, de 2.4 millones de consumidores en el 2006 a 1.4 millones en el 2011.
Pero aunque la estrategia ha resultado contraproducente en países como México o Honduras y ha causado muchísimos muertos, no hay planes de reconsiderar la estrategia. (AP)
‘Daños colaterales’
También en Honduras la estrategia ha causado problemas que contrastan con el dinero invertido.
El año pasado, el Departamento de Defensa gastó 67.4 millones de dólares en contratos militares en Honduras, el triple de lo estipulado en los contratos de defensa allí en el 2002, y ni el Departamento de Estado ni el Pentágono fueron capaces de explicar qué pasó con mil 300 millones de dólares que fueron a Honduras en el 2011 por concepto de equipos electrónicos para las fuerzas armadas, a pesar de que la cifra equivale a casi a la mitad de todas las exportaciones de armas en el Hemisferio Occidental.
En mayo, policías hondureños bajaron en rappel de helicópteros estadounidenses para capturar a traficantes cerca de la aldea hondureña de Ahuas y mataron a cuatro personas, al parecer civiles inocentes, mientras los narcotraficantes huyeron.
Aunque la DEA confirmó que agentes suyos estaban involucrados en los helicópteros como asesores y los habitantes de la aldea dijeron ver comandos que hablaban en inglés allanando las casas justo después del suceso, la investigación del gobierno determinó que no hubo irregularidades en la misión.
En los meses subsiguientes, agentes de la DEA dispararon contra sospechosos en dos incidentes distintos y aviones hondureños derribaron dos avionetas de los narcotraficantes, en violación a las normas. Tras esto, EU suspendió una ayuda de 30 millones de dólares y una ayuda a la Policía Nacional tras denuncias de que su comandante estaba vinculado a escuadrones de la muerte.
La estrategia
Colombia > 2000-2008: Plan Colombia, 7 millones de dólares, 44 mil muertes
La estrategia actual de EU empezó con este plan, que pretendía detener el flujo de cocaína proveniente de Colombia. En el tiempo que duró, las fuerzas policiales colombianas y la DEA capturaron a varios cabecillas de los carteles. Sin embargo, la violencia derivada de la operación dejó 44 mil muertes. Como consecuencia, los narcotraficantes trasladaron sus cultivos a Perú y a Bolivia y los envíos pasaron a hacerse por México y no por la Florida.
México > 2008-2012: Iniciativa Mérida, 1.600 millones de dólares, 70 mil muertes
En el 2008 se lanzó esta iniciativa y ocurrió lo mismo: los cabecillas criminales fueron capturados, pero se incrementó la violencia a medida que los carteles se peleaban las rutas. Se estima que unas 70 mil personas murieron en seis años. Los capos de los carteles mexicanos, ante la nueva ofensiva, voltearon la mirada a Centroamérica, donde los gobiernos son más débiles y las fuerzas policiales tienden a ser más corruptas.
Centroamérica > 2012: Operación Martillo
Lo más reciente es la Iniciativa para la Seguridad Regional de Centroamérica, que incluye la Operación Martillo, una plan que lleva un año y que es coordinado por EU. La iniciativa no tiene fecha de conclusión y se enfoca en las costas centroamericanas, donde pasa el 90 por ciento de las 850 toneladas métricas que van hacia EU. Como parte de la operación, 200 marines patrullan la costa occidental de Guatemala desde agosto.