Un nuevo ataque ruso a la ciudad ucraniana de Odesa, en el Mar Negro, dejó al menos un muerto y 22 heridos, según las autoridades. Las detonaciones de madrugada formaban parte de una ofensiva que ha dañado infraestructura portuaria crucial en el sur de Ucrania en la última semana.
Entre los heridos había cuatro niños, indicó el gobernador regional Oleh Kiper. Los impactos causaron graves daños en la Catedral de la Transfiguración, una emblemática catedral ortodoxa en la ciudad.
Rusia ha castigado de forma persistente Odesa, un núcleo crucial en la exportación de grano, después de que Moscú cancelara un histórico acuerdo de grano el lunes en medio de los esfuerzos de Kiev por recuperar sus territorios ocupados.
Seis edificios residenciales, incluidos varios de apartamentos, quedaron destruidos en los ataques, dijo Kiper.
En uno de ellos en el centro de Odesa, algunas personas quedaron atrapadas en sus apartamentos. Los escombros cubrían la calle y bloqueaban parcialmente la calle. También había daños en el tendido eléctrico.
Svitlana Molcharova, de 85 años, fue rescatada por los servicios de emergencias. Pero tras recibir primeros auxilios se negó a abandonar su apartamento destruido.
“Me quedaré aquí”, le dijo al trabajador de emergencias que le recomendó marcharse.
“Me desperté y el techo empezó a caérseme encima. Corrí al pasillo”, dijo Ivan Kovalenko, de 19 años, que también vivía en el edificio. Kovalenko llegó a Odesa tras huir de la ciudad de Mykolaiv buscando un lugar más seguro para vivir después de que su casa fuera destruida.
“Así es como perdí mi casa en Mykolaiv, y aquí perdí mi apartamento arrendado”, dijo.
En su casa, parte del techo se derrumbó, el balcón se cayó y todas las ventanas estaban reventadas.
La Catedral de la Transfiguración, una de las catedrales ortodoxas más importantes y grandes de Odesa, sufrió graves daños.
Cuando se apagaron los incendios, varios voluntarios tomaron cascos, palas y escobas para empezar a retirar los escombros de la catedral, buscando cualquier objeto salvable bajo la atenta mirada de los santos en las paredes, cuyas pinturas seguían intactas.
Las autoridades locales dijeron que el icono de la patrona de la ciudad se había recuperado de entre los restos.
“La destrucción es enorme, la mitad de la catedral ya no tiene tejado”, dijo el archidiácono Andrii Palchuk, mientras personal del templo sacaba documentos y objetos valiosos del edificio. La mitad de la catedral estaba inundada con agua empleada por los bomberos para extinguir las llamas tras el ataque.
Palchuk dijo que los daños se debían al impacto directo de un misil ruso que penetró en el edificio hasta el sótano. Dos personas que estaban dentro en ese momento resultaron heridas.
“Pero con ayuda de Dios, lo restauraremos”, dijo rompiendo a llorar.
La catedral pertenece a la Iglesia ortodoxa ucraniana, que ha sido acusada de tener lazos con Rusia. La Iglesia ha insistido en que es leal a Ucrania, ha condenado la invasión rusa desde el principio e incluso ha declarado su independencia de Moscú.
Sin embargo, agencias ucranianas de seguridad afirman que algunos en la Iglesia han mantenido lazos estrechos con Moscú. Han asaltado numerosos lugares de culto y después publicado fotos de rublos, pasaportes rusos y folletos con mensajes del patriarca de Moscú como prueba de que algunos miembros de la Iglesia han sido leales a Rusia.
UNESCO, la agencia cultural de Naciones Unidas, designó este año el centro histórico de Odesa como Patrimonio de la Humanidad amenazado, pese a las objeciones rusas.
El Ministerio ruso de Defensa dijo el domingo que las fuerzas rusas habían golpeado lugares en Odesa “donde se preparaban actos terroristas contra la Federación Rusa”.
En un comunicado, el Ministerio dijo que se habían empleado armas de precisión con largo alcance disparadas desde el aire y el mar, y que en los objetivos había “mercenarios extranjeros”.
En un mensaje posterior, el Ministerio negó que sus ataques hubieran alcanzado la Catedral de la Transfiguración y afirmó que la destrucción del edificio probablemente se debía a “la caída de un misil guiado antiaéreo ucraniano”.
Otros ataques rusos esta semana devastaron partes significativas de instalaciones de exportación en Odesa y la cercana Chornomorsk y destruyeron 60 mil toneladas de grano, según el Ministerio ucraniano de Agricultura.
La campaña se produjo días después de que el presidente, Vladímir Putin, retirase a su país de la Iniciativa de Gran del Mar Negro, un acuerdo de guerra que permitía que las exportaciones de Ucrania llegaran a muchos países amenazados por el hambre.
Putin prometió tomar represalias contra Kiev por un ataque el lunes contra el crucial Puente de Kerch que conecta Rusia con la Península de Crimea, que el Kremlin se anexionó de forma ilegal en 2014.