La Unión Europea prohibió el día de ayer la venta de armas a Venezuela y estableció un sistema para congelar activos e imponer restricciones de viaje a funcionarios venezolanos en un intento de aumentar la presión sobre el presidente Nicolás Maduro.
La decisión fue acordada en una reunión de ministros de Exteriores de la UE en Bruselas. El veto a las armas impedirá la comercialización de equipos militares que podrían usarse para la represión o vigilancia de los venezolanos.
“Estas medidas se utilizarán de forma gradual y flexible y pueden ampliarse, dirigiéndose a los implicados en el no respeto a los principios democráticos o el estado de derecho y en la violación de los derechos humanos”, dijeron los ministros en un comunicado.
Las medidas podrían revertirse en función de la reacción de Maduro a la petición de más democracia en el país y a la liberación de los presos políticos, agregó la nota.
En Caracas, la cancillería venezolana rechazó en un comunicado las sanciones y acusó al Consejo de la Unión Europea de pretender convencer al mundo de un supuesto consenso entre sus Estados miembros para adoptar medidas hostiles contra Venezuela.
El escrito agregó que algunos países europeos con grandes economías presionaron a otros gobiernos de la UE e incluso a sus propias instituciones para imponer sanciones a Venezuela. No se ofrecieron más detalles.
El jueves pasado, Estados Unidos impuso sanciones financieras a otros diez funcionarios venezolanos, actuales y pasados, por señalamientos de corrupción y abuso de poder relacionadas con la campaña de Maduro contra la oposición.
El gobierno de Venezuela ha enfrentado críticas internacionales desde que la Corte Suprema del país anuló los poderes del Congreso, controlado por la oposición, en marzo.
El fallo se revocó más tarde, pero una nueva Asamblea Constituyente, conformada en su mayoría por leales a Ncolás Maduro, se atribuyó el poder y ha perseguido a los oponentes políticos del dirigente venezolano.
