Ucrania exige a Bielorrusia retirar sus tropas de la frontera

Luego de que el presidente Aleksandr Lukashenko movilizara una tercera parte de su ejército al límite con Ucrania, como parte de su alianza con Rusia, Kiev advirtió de una escala ante cualquier acción que cruce la frontera
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
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En una semana, Aleksandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, movilizó más de 120 mil efectivos, una tercera parte de sus fuerzas, a lo largo de la frontera con Ucrania. Tanques, defensas aéreas, artillería y tropas, todo con apoyo del Grupo Wagner.

El vocero del Ministerio del Exterior de Bielorrusia, Anatoly Glaz, acusó al gobierno ucraniano de volar drones de combate por su territorio y otras constantes provocaciones que, señaló, fueron la razón del despliegue. El canciller puntualizó que la movilización del ejército bielorruso dentro de sus fronteras cumple con la función del mismo: proteger a sus ciudadanos.

En respuesta a la petición informal ucraniana de retirar sus tropas del límite territorial, el autócrata bielorruso rechazó la idea de retroceder.

En sus 30 años en el poder, Lukashenko ha sido un aliado constante del Kremlin, y conforme el descontento aumenta al interior de la ex República soviética, el mandatario ha reforzado su cercanía con el presidente Vladimir Putin.

“Algunos desde el exterior nos están aconsejando (…) La idea es que deberíamos olvidarnos de Rusia, alejarnos. ‘Pelea contra Rusia junto con Ucrania y nosotros desplegamos fuerzas de la OTAN cerca de Smolensk’. Recibo propuestas de todos los bandos y el 99 por ciento de ellas no las podemos aceptar”, declaró Lukashenko.

La respuesta ucraniana a la movilización de tropas

El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano comunicó que las operaciones bielorrusas llevadas a cabo en proximidad a la frontera, y a las instalaciones nucleares de Chernóbil, representan un peligro para la seguridad ucraniana. El gobierno del presidente Zelinsky señaló que Kiev nunca ha tomado acciones contra Bielorrusia y no lo hará a menos que sea necesario.

“Advertimos a los oficiales bielorrusos bajo la presión de Moscú que no cometan errores trágicos, e invitamos a sus fuerzas armadas a detener sus agresivas acciones y retirar las fuerzas en la frontera del Estado a una distancia mayor al rango efectivo de sus armas”, advirtió el Ministerio.

La ofensiva ucraniana en Kursk ha demostrado la capacidad ucraniana de articular la defensa de su territorio lo que, a pesar de la disparidad de fuerzas con Rusia, ha llevado al Kremlin a advertir a los aliados de Ucrania que cualquier escalada en el conflicto no quedaría confinada a Europa.

De acuerdo con el Instituto para el Estudio de la Guerra, un Think Tank estadounidense, las tropas de combate bielorrusas suelen operar al 40 por ciento de capacidad y depender de unidades de apoyo para su movilización, lo cual aún no ha sucedido, por lo que la operación en su frontera podría servir de una distracción para las tropas ucranianas en su frente en territorio ruso.

En opinión de la internacionalista Ana Luisa Trujillo, especialista en política y seguridad Europea del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM, la cooperación y los acuerdos entre Lukashenko y Rusia entrelazan los intereses de ambos países, por lo que la movilización de tropas desequilibra los esfuerzos ucranianos en el conflicto.

“Hay operaciones conjuntas y acuerdos que establecen el apoyo de Bielorrusia en la invasión, por lo que no se descarta la participación de Minsk en el conflicto (…) La incursión en territorio ruso es parte de un plan de paz que Zelensky presentará en septiembre, pero una movilización en la frontera con Bielorrusia lo obliga a recalcular sus intenciones en territorio ruso, lo cual también es una mala señal para las posibles soluciones al conflicto”, anota la especialista.

Anatoly Glaz, vocero del Ministerio del Exterior de Bielorrusa, acusó a Ucrania de volar drones de combate por el espacio aéreo de su país. Foto: Especial

Aleksandr Lukashenko, un aliado de Rusia

Después de las elecciones presidenciales de 2020, en las que Lukashenko conservó el poder en medio de acusaciones de fraude, Estados Unidos y la Unión Europea impusieron sanciones a entidades bielorrusas.

Para Minsk, el aislacionismo europeo ha significado una mayor dependencia de energía y apoyo financiero ruso, por lo que la doctora Trujillo considera que Occidente tiene pocas posibilidades de desarticular la alianza entre los dos países exsoviéticos.

“Dada la alianza que tienen Lukashenko y Putin es muy difícil que Bielorrusia se aleje de Rusia. Son países vecinos, hermanos, que comparten historia y raíces étnicas. Hay sanciones a líderes bielorrusos y actores vinculados con la represión, y también un programa de tres mil millones de euros que otorga la Unión Europea a organizaciones civiles que buscan un país más democrático, pero no se ven posibilidades de que Occidente pueda contener la alianza mientras Lukashenko esté en el poder”, señala la internacionalista.

Cuando ha habido un problema interno en Bielorrusia, Putin ha respaldado al gobierno de Minsk y ahora Lukashenko paga la deuda, y con liderazgos opositores presos o en el exilio, la posibilidad de un cambio de régimen es mínima.

“Cuando hay una figura tan fuerte es difícil encontrar liderazgos fuera de su personalidad (…) Contar con el respaldo de Rusia y los últimos cambios constitucionales, Lukashenko puede estar en el poder hasta 2035 y a sus 63 años todavía le queda una etapa en su vida, aún más cuando hemos visto a nivel internacional liderazgos envejecidos, por lo que no veo la posibilidad de que haya cambios en el régimen”, finaliza la académica.

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