Para algunos es una violación de las leyes islámicas, para otras algo revolucionario, una iniciativa del presidente de Túnez que podría cambiar las reglas sobre la herencia y el matrimonio de las mujeres está repercutiendo en todo el mundo musulmán y amenaza con causar profundas divisiones en su país.
El presidente Beji Caid Essebsi, de 90 años, afirma que Túnez debe combatir la discriminación y modernizarse. Y cree que puede sacar adelante las reformas a pesar de que su partido está aliado con otro islámico y porque esta nación abrumadoramente musulmana siempre ha expresado puntos de vista progresistas hacia las mujeres.
En un discurso Essebsi propuso que las mujeres tengan los mismos derechos hereditarios que los hombres en lugar del actual sistema basado en la ley islámica, o sharia, que otorga a las mujeres la mitad de la herencia que da a los hombres.
El presidente también planteó que se permita a las mujeres musulmanas casarse con hombres que no profesan esa fe. En la actualidad los hombres pueden casarse con alguien que no es musulmana, pero no a la inversa. Con ese fin anunció la creación de una comisión encabezada por una abogada y activista defensora de los derechos civiles encargada de redactar nuevas normas.
Cambios polémicos
Tan solo insinuar que se deben hacer cambios es una iniciativa llamada a causar revuelo. Los clérigos musulmanes de las principales corrientes consideran casi todos que las leyes sobre la herencia están consagradas en el Corán y estiman que las reglas del matrimonio son igualmente sagradas.
El presidente arguye que las actuales prácticas violan la constitución de Túnez, aprobada en el 2014 tras la revolución de la Primavera Árabe, y quiere que en Túnez se imponga una “igualdad total entre hombres y mujeres de una forma progresista”, como dice la carta magna.
Agrega que desea combatir la discriminación en una nación donde la mitad de los ingenieros son mujeres, lo mismo que la mayoría de los médicos y de los trabajadores agrícolas y textiles.