El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmó una de sus promesas de campaña: que el Gobierno de México pagará por la construcción del muro fronterizo.
Ayer, cuando el presidente arribó a McAllen, Texas, admitió que no aceptaría un cheque por parte del gobierno mexicano para que su administración construya el muro, sino que todo estará en manos del país latino.
“Cuando digo que México va a pagar por el muro, eso es a lo que me refiero: México va a pagar por el muro. Yo no les dije: ‘por favor, mándenme un cheque’, yo no lo recibiría”, enfatizó el presidente.
Agregó que a México no le costaría trabajo pagar por la valla fronteriza porque ya lo ha hecho en ocasiones anteriores.
Destacó que uno de los objetivos de su administración es defender a sus ciudadanos de los inmigrantes ilegales que se encuentran en su país tras haber cruzado ilegalmente
El ciudadano Reggie Singh estuvo presente en la reunión que el presidente protagonizó en Texas. El hombre contó la historia de su hermano, Ronil, quien fue abatido a tiros la madrugada del 26 de diciembre por un supuesto migrante.
El republicano aseguró que durante su gobierno sí se logrará construir un nuevo muro, pues declaró que sus antecesores hicieron la misma promesa de campaña y ninguno la cumplió.
Lo reciben con protestas
Cuando el presidente esperaba reunirse con algunos trabajadores de la zona fronteriza, un grupo de ciudadanos estadounidenses, la mayoría de descendencia latina, le gritaban “no eres bienvenido”.
Entre los manifestantes que acudieron a la estación de la Patrulla Fronteriza estaban miembros de la Liga de Ciudadanos Latinos Unidos (LULAC).
El dirigente de la organización hispana dijo que Trump usa el tema del muro como una táctica racista para promover el voto cuando busque reelegirse.
