Gobiernos climatoescépticos

Tras haber sido ignorado en los debates presidenciales del 2012, el cambio climático finalmente fue abordado por Hillary Clinton y Donald Trump la noche del lunes.

 

Andrea Montes Renaud Andrea Montes Renaud Publicado el
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El cambio climático causado por el hombre no es una creencia, un engaño o una conspiración. Es una realidad física”
Carta firmada por 400 científicos
Si Trump ganara las elecciones de EU impactaría en la agenda mundial sobre cambio climático, dice la experta en medio ambiente 

Tras haber sido ignorado en los debates presidenciales del 2012, el cambio climático finalmente fue abordado por Hillary Clinton y Donald Trump la noche del lunes.

 

El resultado fue una mezcla de objetivos ambiguos, distorsiones y mentiras absolutas, que en pocas palabras, estuvo lejos de ser el tipo de discusión urgente que científicos y defensores del clima estaban esperando.

 

Sin embargo, la exsecretaria de Estado anunció brevemente un plan para tomar acción sobre el cambio climático, como una parte importante de su plataforma política.

 

“Este país va a ser la potencia mundial de la energía limpia del siglo XXI”, afirmó Clinton, trayendo el tema por su cuenta, en respuesta a la pregunta sobre Economía del moderador Lester Holt.

 

“Donald piensa que el cambio climático es una trampa perpetrada por los chinos”, dijo la candidata, “y yo creo que es importante enfrentar esto y solucionarlo, tanto en el país como en el extranjero”.

 

Lo cierto es que no puede haber posturas más polarizadas entre políticos que cuando se trata de calentamiento global.

 

Y es que, con todo y que 400 científicos más influyentes del mundo firmaron una carta abierta la semana pasada advirtiendo sobre las consecuencias de dar marcha atrás al histórico acuerdo sobre el Clima en París (COP21), el candidato republicano afirma que se trata de una farsa creada por los chinos para hacer de Estados Unidos un actor poco competitivo en la industria.

 

La carta marca una incursión inusual en la política presidencial para la mayoría de estos científicos, muchos de los cuales se especializan justamente en campos relacionados con el cambio climático.

 

El mundialmente conocido físico Stephen Hawking es uno de los firmantes, al igual que el exsecretario de energía de Obama y Premio Nobel, Steven Chu.

 

“El cambio climático causados por el hombre no es una creencia, un engaño o una conspiración. Es una realidad física”, dice la carta. “Nuestras huellas en el sistema climático están visibles por todos lados.”

 

Pero las declaraciones del magnate no son gratuitas.

 

De hecho, a casi 8 meses del final de la COP21 en París -y mientras la COP22 se prepara en Marruecos para el próximo 7 de noviembre- la postura de Trump se suma a un lista de jefes de Estado y gobiernos que no solo no creen en el calentamiento global, sino que utilizan el escepticismo climático como un estrategia de campaña populista.

 

El Cambio Climático: ¿un mito?

 

Trump presentó un plan de energía que promueve el carbón, el petróleo y el gas natural, y detrás su campaña tiene prominentes negacionistas del cambio climático encargados de asesorarlo en temas de energía y medio ambiente.

 

“Efectivamente hay muchísimos problemas y el calentamiento global es uno muy grave que tiene impacto en diversas áreas porque acelera otros problemas como la pérdida de biodiversidad, la acidificación de los océanos, el deterioro del coral”, afirma Ana Barreira, Directora del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente de Madrid (IIDMA) para Reporte Indigo.

 

Barreira señala que más que preguntarnos sobre el status actual del medio ambiental, es urgente cuestionarnos ¿qué lo está causando?

 

“La respuesta: las pautas de consumo del ser humano”, detalla.

 

La experta indica que estamos frente a un problema de consciencia y acción por parte de los ciudadanos de este planeta que, con nuestros hábitos de consumo, lo estamos destruyendo.

Barreira es consultora internacional, que ha trabajado para el Banco Mundial y el Ministerio de Medio Ambiente de España.

 

Entonces, ¿cuáles son las principales actividades que generan el cambio climático? “Todo lo que genere gases efecto invernadero”, responde.

 

 Uno es el dióxido de carbono.

 

“Y sus principales fuentes de emisión son a través de la producción de energía basada en combustibles fósiles y el transporte.

 

“Por eso es importante dirigirnos hacia un modelo basado en renovables. El problema del transporte es un tema de movilidad que radica principalmente en que la mayor parte de la población se concentra en las ciudades.

 

“Otra fuente es la producción ganadera, que causa muchas emisiones de metano y este tema no está siendo abordado de forma correcta. Habría que cambiar las pautas de alimentación del ser humano”, explica.

 

Los temas pendientes del COP21

 

Para Ana Barreira, uno de los principales pendientes del plan firmado en la COP21 es que entre en vigor el acuerdo de París y ser ratificado.

 

“Según el texto se necesitan al menos 55 países que representen el 55 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Lo han ratificado 60 países que representan un 48 por ciento. No obstante, hay bastantes esperanzas que lo ratifiquen más países y toda la Unión Europea y eso podría ayudar a que entre en vigor antes de la convención de la COP22 en Marrakech”, detalla.

 

Barreira cree que en la COP22 lo que se empezará a hacer es a trabajar en el establecimiento de los procedimientos para aplicar y controlar el cumplimiento del acuerdo de París.

 

Barreira afirma que no se trata de que la opinión pública desconfíe de los resultados de las investigaciones científicas o de los informes del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, sino que el problema es que a veces se hace un uso político de ello y ahí es donde la opinión publica se deja manejar por los gobiernos.

 

“El convenio del marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que es el ámbito en donde se firmó el acuerdo de París, establecía un principio muy específico: el Principio de precaución”, indica.

 

Este principio dice que incluso si no hay certeza científica del origen del cambio climático, igualmente se deberán tomar medidas basadas en dicho principio.

 

“Pero los gobiernos firman acuerdos que luego se niegan a respetar y a cumplir y la opinión pública se deja manipular por estas agendas políticas”, agrega.

 

Hay algunos científicos que, financiados por corporaciones, proponen que estamos entrando en una nueva fase, o Era, y que así como hubo una Era de glaciación, el planeta está cambiando actualmente y estamos entrando a una fase natural de calentamiento, que no se debe exclusivamente a la presencia de gases efecto invernadero, sino también a que es un proceso natural, destaca Barreira.

 

Y señala que si Donald Trump gana el 8 de noviembre, definitivamente impactaría en las consecuencia para la agenda mundial sobre cambio climático.

 

“Posiblemente ralentizaría todos los procesos para implementar el acuerdo de París de forma correcta”.

 

Es decir, el hecho de que China en esta ocasión haya ratificado el acuerdo de París como primera potencial mundial, hace que una posible cancelación de Estados Unidos no sea tan dramática como sí lo fue cuando se negó a ratificar el Protocolo de Kyoto.

 

“La sociedad civil tiene la responsabilidad de tomar las acciones que nuestros gobiernos no quieren tomar. No obstante, creo improbable este escenario”, dice.

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