La espada de Trump
La cuenta de Twitter del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, es la versión moderna de la espada de Damocles. Andrea Montes Renaud
La cuenta de Twitter del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, es la versión moderna de la espada de Damocles. Todos están bajo el acecho de un tweet de burla, odio y reclamos.
Adicto a Twitter mucho antes de declarar su candidatura presidencial en junio pasado, el presidente electo, Donald Trump, no solo se limitó a utilizar su cuenta para promover su campaña, también hizo propaganda de un discurso político inusual plagado de insultos a periodistas, mujeres y políticos; a medios de comunicación, al Partido Republicano y Demócrata por igual; a programas de televisión, periódicos, abogados, naciones enteras, a una Miss Universo y hasta una canción de Neil Young.
La lista de cosas, personas, organizaciones y países que Donald Trump odia es enorme. Ya sea inadvertidamente o como parte de una estrategia de medios muy bien calculada, Trump ha demostrado ser muy bueno en desviar a su antojo la conversación nacional.
En el proceso de cambio que vive Estados Unidos, las palabras juegan un papel decisivo, y Trump es un misil de crucero cuando se trata de golpear en redes. Él es el distractor en jefe.
Y con esta premisa en mente, Donald Trump va a gobernar manteniendo un dedo sobre el arsenal militar más importante del mundo y, a la par, sobre su celular. Pues cuando se trata del uso de cualquier arma, en el caso de Estados Unidos la última palabra la tiene el presidente.
Hace falta que el mandatario autorice un eventual ataque, para activar “los códigos de oro”: unos cuantos números que bastan para activar un ataque capaz de matar a millones de personas.
Y sumado a todo este poder que le otorga la investidura presidencial, no es exagerado decir que el próximo presidente de Estados Unidos se ha hecho de otra herramienta de destrucción de alto alcance y que ha resultado ser peligrosamente efectiva: sus redes sociales.
Lo hace convencido de que la noticia, la polémica y los periódicos, inevitablemente, lo seguirán.
El magnate sabe que utilizar las redes sociales como estrategia ofensiva le permite hacer propaganda de sus opiniones personales sobre cualquier tema y que además hará eco en un grupo muy activo de seguidores en línea.
Distractores efectivos
El presidente electo demostró con sus tweets acerca del musical “Hamilton” que sabe cómo distraer la atención y, sobre todo, cómo interrumpir todo el ciclo de noticias a nivel local, estatal y mundial.
Poco se dijo de la importancia del discurso del elenco, o de los abucheos al vicepresidente electo. Buena parte de los medios de comunicación solo hicieron eco de los tweets de Donald Trump que exigía una disculpa sobre un suceso totalmente ajeno a su persona.
Como escribió The Washington Post, ¿y si Donald Trump es en realidad un experto en ‘distracción masiva’, y la atención y los medios han caído en su juego?
¿Es casualidad que justo cuando se acumulaban los cuestionamientos entorno a sus conflictos legales -y la multa de 25 millones de dólares que tuvo que pagar por el fraude de la Trump University-, en cuestión de minutos, el magnate tuviera a todos hablando de otra cosa? ¿De un espectáculo de Broadway al cual ni siquiera asistió?
En su primera entrevista como presidente electo para el programa 60 Minutos con la periodista Leslie Stahl de la cadena CBS, el multimillonario neoyorquino aseguró que las redes sociales eran más poderosas que el dinero.
“El hecho de tener tanto poder en términos de números con Facebook, Twitter, Instagram, etcétera, me ayudó a ganar estas elecciones en las que mis rivales gastaron mucho más dinero que yo”.
Donald Trump recaudó más de 2 mil millones de dólares en prensa libre durante el transcurso de las elecciones. Esto explica por qué 9 de las 10 principales cuentas que Trump tuitea están relacionadas con medios de comunicación.
¡No lo dejen solo con su Twitter!
Un informe de The New York Times, justo antes de las elecciones, informaba que sus asistentes le habían quitado el control de su cuenta Twitter.
Pero sus tweets, desde que ganó las elecciones, sugieren que ha recuperado el acceso a ella por el simple hecho de que se hicieron a partir de un dispositivo Android; una señal de que Trump es el que escribe y envía los mensajes.
Nadie se salva de la guillotina
Trump también arremetió contra de The New York Times, acusándolo de “fallar” en su cobertura sobre él. Y en el mismo fin de semana, criticó a Alec Baldwin, conocido por personificar al magnate en el programa de comedia nocturna, Saturday Night Live.
En este último, el presidente electo, rápidamente encontró a alguien a quien le gusta despotricar en Twitter, tanto como a él.
El exactor de “30 Rock”, que también es conocido por su pasado de riñas en Twitter, regresó a su habitual campo de batalla después de grabar su personificación de Trump, para lanzar una diatriba de tweets contra el presidente electo, quien no ha dejado de acusar al medio de ser un “espectáculo unilateral y sesgado”.
“Vi partes de Saturday Night Live anoche. Es un espectáculo totalmente unilateral, sesgado – y nada gracioso en absoluto. Tiempo equitativo para nosotros?”, tuiteó Trump el domingo por la mañana.
Baldwin respondió a las críticas de Trump sobre la interpretación de su personaje con una lista de críticas sobre el trabajo que está haciendo el futuro presidente y esbozando una serie de consejos para su próxima administración.
“¿Sabes lo que haría si fuera Pres.? Me centraría en cómo mejorar la vida de la mayor parte de los norteamericanos”, escribió. “Me concentraría en mejorar nuestra reputación en el extranjero, incluso luchando por la libertad y no sólo por el petróleo”, continuó. “Haría todo lo posible para preparar a los estadounidenses para crear trabajos. Una manera de hacer América grande de nuevo es ponerlos a trabajar”.
La nueva retórica presidencial
Las redes sociales –literalmente– han abreviado el diálogo nacional.
En ese sentido Trump es quien mejor ha capitalizado el uso de las redes sociales y, si Barack Obama fue el presidente de Facebook, los expertos coronan a Trump como el presidente de Twitter. Pero, ¿qué significa eso y cuál es el valor de la atención social?
En la era de los 140 caracteres de Twitter, un lenguaje más simple resuena en una franja más amplia de personas; y sumado a solo 10 segundos de televisión, aseguran los especialistas en discurso político, es más efectivo el mensaje.
Trump utiliza un discurso con el coeficiente intelectual necesario para que un niño de cuarto de primaria lo comprenda, de acuerdo a un análisis recogido por el Boston Globe hace algunos meses, cuando midió el nivel de complejidad del discurso de los candidatos para la presidencia de Estados Unidos.
El algoritmo que utilizaron se llamó “Prueba de legibilidad de Flesch-Kincaid” que mide el número de sílabas por palabra y el número de palabras por oración dentro de un discurso. La prueba determina el nivel de comprensión que se necesita para entender un discurso.
Y las palabras más usadas por Trump fueron “great”, “winner” y “loser”. Y la compañía de seguimiento de redes sociales Brandwatch encontró que en los días en los que Trump más tuiteaba, había menos debate político, porque Trump habla a un nivel fácilmente comprensible para la gente de la parte más baja del espectro de la educación. Y los insultos han resultado ser una mercancía muy rentable para este magnate.
Esto explica por qué nueve de las 10 principales cuentas que Trump tuitea están siempre relacionadas con los tres medios de comunicación más importantes del país, CNN, The New York Times y Fox News: porque con sus insultos y polémicas, estos tres medios, le han ayudado a recaudar más de 2 mil millones de dólares en prensa libre.