Para los expertos, es más que obvio que la relación entre Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y la prensa de su país, es más que complicada; el magnate lo reiteró el pasado 28 de abril, cuando por segundo año consecutivo no acudió a la cena anual de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca.
Los periodistas locales señalan que tras desairar a los profesionales de la comunicación, Donald Trump prefirió acudir a un mitin en Michigan, en donde se burló de la situación: “¿Es esto mejor que esa farsa de la cena de los corresponsales de la Casa Blanca en Washington? ¿Esto es más divertido?”
Tras recibir vítores y aplausos de los seguidores del partido republicano, el millonario continuó: “Podría estar allí esta noche, sonriendo, como si me gustara dónde me están pegando, golpe tras golpe. Esa gente, lo odian a uno… y uno tiene que sonreír. Si uno no sonríe, dicen: ‘Estuvo terrible, no pudo aceptarlo’. Y si uno sonríe, dicen: ‘¿De qué se reía?’”.
Que Trump no es el presidente preferido de los periodistas no pasa desapercibido para sus detractores.
“Estamos presenciando una guerra franca contra la verdad, los hechos y la razón”, criticó hace unos días la ex primera dama, quien perdió contra Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.
“Cuando los líderes niegan cosas que podemos ver con nuestros propios ojos, como el tamaño de una multitud en la inauguración presidencial, cuando se niegan a aceptar la ciencia en retos urgentes como el cambio climático… es el principio del fin de la libertad de expresión, y eso no es una hipérbole. Es lo que los regímenes autoritarios han hecho a través de la historia”, dijo la política demócrata durante su participación en el festival PEN America World Voices, en Manhattan, Nueva York.
Y es que hay que ser francos: Trump ni siquiera se molesta en mostrar su repudio a algunos medios.
Apenas en julio del año pasado, el magnate fue criticado por colgar un video editado en el que se le ve tecleando a un hombre que en lugar de rostro porta el símbolo de la cadena informativa CNN.
Es un día triste cuando el presidente de los Estados Unidos alienta la violencia contra reporteros”, se limitó a responder CNN.
El más reciente escándalo del presidente estadounidense se debe a sus constantes ataques contra The Washington Post, medio al que acusa de defender a Amazon, ya que el mandatario considera que el sistema de ventas por Internet ha defraudado al servicio de correos.
Es preciso señalar que las dos compañías pertenecen al mismo hombre: Jeff Bezos.
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Pero en la cena, no hubo luto por la ausencia del magnate.
La comediante Michelle Wolf animó el evento y se encargó de burlarse de los escándalos del también empresario, entre los que se cuentan sus presuntos encuentros con bailarinas y estrellas porno.
Donald Trump es el primer presidente del país vecino que no acude a la cena desde que Ronald Reagan no lo hizo porque se recuperaba de un intento de asesinato.
Incluso Reagan envió disculpas.
A diferencia del año pasado, en que los asesores de Trump tampoco quisieron asistir, en esta ocasión sí acudió personal de la Casa Blanca, incluida Kellyanne Conway, asesora del presidente, y el secretario de Comercio Wilbur Ross.
Con información de AP**
