¿Te imaginas que al comprar algo, en vez de recibir monedas o billetes de cambio, recibieras jeringas?
Pues en algunas partes de la frontera de Myanmar con China, el número de adictos a la heroína es tan grande que algunos comerciantes las utilizan como moneda, reportó ayer Global Post.
Y es que esa región es, después de Afganistán, la segunda mayor productora de opio en el mundo. La heroína se produce a partir de dicha planta.
Myanmar es, según Global Post, “una de las naciones más disfuncionales y destruidas por la guerra de Asia”. Su moneda está tan devaluada que los clientes prefieren recibir como cambio pañuelos, cigarros, dulces… o jeringas.
Esa condición, combinada con “la peor epidemia de heroína en Asia”, ciertamente ha creado una extraña –y triste– forma de comercio.