Intolerancia sobre ruedas

Una atrevida campaña de la organización Hazte Oír en contra de los transexuales en España confronta a la sociedad española y pone presión a las autoridades para garantizar los derechos de la comunidad LGTB y también pone al debate un rostro intolerante y tradicional que persiste en parte de la sociedad española.

La organización ultracatólica española, que ya tiene un vasto historial de campañas polémicas, ha acaparado la atención mediática desde la semana pasada al poner a circular un autobús que recorre las calles de España con un mensaje en contra de los niños transexuales.

Carlos Salazar Carlos Salazar Publicado el
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Socios tenía hasta 2015 Hazte Oír, fundada por el abogado Ignacio Arsuaga
Estaba previsto que el autobús circulara por distintas ciudades de España, pero sigue inmovilizado por orden del Fiscal Superior de la Comunidad de Madrid al considerar que el mensaje puede incurrir en delitos de odio
Tras la dictadura franquista, España logró estabilidad democrática y el respeto a los derechos y las libertades de las minorías; sin embargo, no ha dejado de ser un país tradicionalista

Una atrevida campaña de la organización Hazte Oír en contra de los transexuales en España confronta a la sociedad española y pone presión a las autoridades para garantizar los derechos de la comunidad LGTB y también pone al debate un rostro intolerante y tradicional que persiste en parte de la sociedad española.

La organización ultracatólica española, que ya tiene un vasto historial de campañas polémicas, ha acaparado la atención mediática desde la semana pasada al poner a circular un autobús que recorre las calles de España con un mensaje en contra de los niños transexuales.

El mensaje rotulado en el autobús de color naranja es tan ‘simple’ como provocador: “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si eres hombre, eres hombre, si eres mujer, seguirás siéndolo”.

La polémica que se ha suscitado en torno a esta campaña transfóbica ha ido más allá de los comentarios en redes sociales, el veto de los ayuntamientos o las posturas judiciales y eclesiásticas, al poner sobre la mesa temas que en la formalidad se creían superados.

Aunque España se sigue considerando en muchas de sus estructuras políticas y sociales como una monarquía conservadora, con fuertes lazos con la Iglesia católica, por otro lado también forma parte de un pacto europeo progresista y protector de las libertades.

Tras la dictadura franquista, España entró en un periodo de profundos cambios, que trajeron entre otras cosas estabilidad democrática y una nueva época de respeto a los derechos y las libertades de las minorías, a pesar de su tradición monárquica y conservadora.

Sin embargo, España no ha dejado de ser un país en donde una gran parte de la ciudadanía sigue siendo tradicionalista, principalmente aquella población de mayor edad.

A pesar de que estamos en una época de respeto a las minorías y la erradicación de la discriminación -sobre todo en la cultura occidental-, lo cierto es que aún en los países con mayor desarrollo social, cultural y económico, persisten expresiones discriminatorias.

Esta nueva polémica en España, si bien ha causado un amplio rechazo social, quizá mayoritario, también ha puesto de relieve que aún persiste un importante sector en el país ibérico que se identifica con los dogmas más tradicionales de lo que consideran que debe ser la familia, la sociedad.

Dividir y confrontar

El desafío lanzado por la organización Hazte Oír ocasionó en pocos días reacciones en muchos de los sectores de España, entre la clase política, la iglesia, los medios de comunicación, la comunidad LGTB y defensores de los derechos humanos.

La división y confrontación entre las diversas posturas han sido la constante tras la aparición del desafiante autobús.

En muchos de los ayuntamientos de las principales ciudades españoles, desde Madrid, capital española, a Barcelona, referente de Cataluña, pasando por San Sebastián, Zaragoza o Pamplona se han movilizado en contra del polémico autobús, vetándolo, declarándolo non-grato y a través de medidas legales.

El gobierno central, así como las asociaciones de jueces españoles en general han sido más cautos en pronunciarse o tomar una postura a favor o en contra de la propaganda de Hazte Oír.

El portavoz del Gobierno español y ministro de Educación y Cultura, Íñigo Méndez, dijo que España es un país abierto y que el Ejecutivo apuesta por la inclusión y el respeto a la diversidad, sin ahondar en el tema de las resoluciones judiciales.

La iglesia española a través de sus obispos ha defendido el derecho de la asociación a exhibir su pensamiento, el cual también se comparte desde el púlpito, donde se permea la idea de la familia tradicional y se rechaza a las identidades y preferencias que no sean heterosexuales.

Incluso, algunos como el prelado de San Sebastián, José Ignacio Munilla ha criticado el doble rasero con que se han calificado dos hechos recientes, por un lado la aparición del autobús y por el otro el espectáculo protagonizado por una Drag Queen  en el Carnaval de las Palmas.

Borja Casillas, mejor conocido como Drag Sethlas actuó en la gala Drag del Carnaval representando tanto a la Virgen como a Cristo crucificado, generando una ola de indignación.

En los últimos días y con el revuelo que se ha causado, nuevamente se abre el debate de cuáles son los límites de la libertad de expresión, y hasta donde puede una persona o asociación defender una postura que podría ser ofensiva o denigrante para terceros.

Intensas campañas

La polémica del autobús transfóbico ha sido solo la última salida de tono de la organización HazteOir.org, que preside Ignacio Arsuaga y nació en 2001 para apoyar el Gobierno de José María Aznar y reclamar una política integral de familia.

Durante sus más de 15 años de existencia, este grupo ultracatólico (el más influyente de España) ha emprendido intensas campañas en contra del aborto, del matrimonio homosexual y en contra de lo que han denominado “la dictadura de género”.

En 2004 fue cuando adquirieron mayor notoriedad, pues fue el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó el matrimonio homosexual, lo que desató marchas y protestas encabezadas por la asociación.

En una ocasión organizaron jornadas para ‘curar’ la homosexualidad, aunque al final, el hotel donde se celebraría dicho ‘congreso’ decidió cancelarlo ante la presión de colectivos LGTB.

También han emprendido protestas y colecta de firmas para retirar anuncios televisivos o carteles publicitarios que mostraban a parejas homosexuales, e incluso han pedido la retirada de un programa televisivo infantil en el que se muestra una boda homosexual.

Actualmente, desde la plataforma web de la organización están pidiendo al expresidente José María Aznar que vuelva a la política formando un nuevo partido que represente de nuevo al centro derecha, pues no se consideran representados por el PP.

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