Tras la peor matanza perpetrada por un solo tirador en la historia de Estados Unidos, la revisión de una legislación más estricta para el control de armas se torna una discusión ineludible para el gobierno de Donald Trump.
El atacante tenía en su poder al menos 18 armas y explosivos, lo que habla de premeditación, pero lo más grave es que -a expensas de conocer los detalles- el tirador pudo haber obtenido de forma totalmente legal los rifles de asalto.
El estado de Nevada es uno donde los controles para la compra y portación de armas es más laxo, los rifles automáticos de alto poder son de libre acceso y tampoco hay un límite para la compra de municiones.
El agresor, Stephen Paddock, se registró en el hotel Mandalay Bay en Las Vegas, Nevada, el pasado 28 de septiembre, y la madrugada del 1 de octubre disparó desde su habitación en el piso 32 hacia una multitud que asistía a la clausura de un festival musical al aire libre, donde había al menos 22 mil personas.
Según las primeras informaciones, Paddock se suicidó después de lograr su cometido.
Aunque es cierto que la agresión era casi imposible de prever, el hecho de que Paddock -y millones de estadounidenses- haya podido tener acceso tan sencillo a un arsenal de tal calibre magnificó la tragedia.
Al menos 59 muertos y más de 500 heridos es el saldo hasta el último reporte ayer, el tiroteo más mortífero en la historia de los Estados Unidos y la mayor tragedia desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
En los últimos años -sobre todo en la administración de Barack Obama- el debate sobre el control de armas pareció tomar relevancia, pero la presión de grupos como la Asociación Nacional del Rifle sobre el Congreso, entre otros motivos, ha impedido cualquier intento de legislación y regulación.
En junio pasado, durante una práctica de beisbol de los congresistas republicanos, un comerciante disparó en contra de los asistentes, hiriendo al menos a 5 personas, entre ellos el líder republicano Steve Scalise. El atacante contaba con un arma semiautomática.
La tragedia del pasado domingo en una de las ciudades más emblemáticas para el turismo mundial, si bien es un tragedia de dimensiones inéditas, no puede sustraerse de una grave problemática relacionada con la cultura de violencia y manejo de armas que reina en Estados Unidos, el país con más muertes por arma de fuego en el mundo.
Datos de la Campaña Brady para prevenir la violencia armada calculan que cada año mueren en Estados Unidos 33 mil personas por disparo de arma de fuego, aproximadamente 93 al día, y los heridos son muchos más.
Estados Unidos también es el país más armado. Aunque no hay un registro estadístico que permita conocer el número de armas existentes y cuántos ciudadanos cuentan con ellas, los cálculos más conservadores estiman que hay 9 armas por cada diez ciudadanos.
En 2012, una investigación del Congreso de Estados Unidos calculó que en el país existían al menos 310 millones de armas en manos de los habitantes. Actualmente la población es de 320 millones.
Otro lobo solitario
El perfil del atacante, un hombre blanco de 64 años, del interior del país, jubilado, precisamente un segmento de la población que votó mayoritariamente por Trump, contradice gran parte del discurso el mandatario.
Desde su llegada a la Casa Blanca (incluso desde la campaña), Trump ha puesto a los musulmanes y a los inmigrantes como los enemigos del pueblo estadounidense, al grado de endurecer las políticas migratorias y prohibir el ingreso de ciudadanos de siete países de mayoría islámica.
Aunque el Estado Islámico se atribuyó el atentado, tanto el FBI como las autoridades locales han descartado esta teoría, y sostienen que Paddock habría actuado solo y no tiene vínculos con alguna organización extremista.
De acuerdo al perfil difundido, Paddock era originario del estado de Nevada y vivía en una comunidad de retiro en Mesquite, a unos 130 kilómetros de Las Vegas.
En los primeros cateos policiales en su domicilio, solo ha trascendido que se encontraron más armas. Se sabe muy poco sobre la vida del agresor, y prácticamente nada sobre sus motivaciones. Lo poco que se ha ido conociendo es que no contaba con ningún antecedente penal.
Incluso uno de sus hermanos, Eric Paddock, se mostró sorprendido por las acciones del atacante. “No podemos entender lo que pasó… No es un hombre fanático de las armas en absoluto. Es solo un tipo que vivía en una casa en Mesquite y viajaba a jugar en Las Vegas”.
Antiguo empleado contable de la compañía de armamento Lockheed Martin, tenía a su nombre dos aviones y una licencia de piloto. También una de caza mayor en Alaska; sin embargo, nada que permitiera prever su último acto antes de quitarse la vida.
En los primeros momentos de la tragedia la policía buscó a Marilou Danley, la acompañante de Paddock; poco después confirmaron que se encontraba en el extranjero, descartando cualquier participación.
Muerte por armas
Desde 2009 a la fecha se contabilizan más de 150 tiroteos masivos en Estados Unidos, aquellos en donde mueren cuatro o más personas:
2017-Las Vegas, Nevada
59 muertos
>Un tiroteo registrado el 1 de octubre en un festival de música al aire libre termina con al menos 59 personas muertas y más de 500 heridos. El atacante, Stephen Paddock, disparó a la multitud desde su habitación en el piso 32 del hotel Mandalay Bay.
2016-Orlando, Florida
49 muertos
>El saldo de un ataque en un club gay el 12 de junio de 2016 en Orlando fue de 49 personas muertas y 53 heridas, luego de que un hombre armado de nombre Ommar Siddique entró en el local y disparó contra la multitud en repetidas ocasiones. Portaba un rifle de asalto.
2015-San Bernardino, California
14 muertos
>Un matrimonio perpetró un ataque en un centro de servicios sociales en San Bernardino dejando 14 muertos y cerca de 20 heridos el 2 de diciembre de 2015, posteriormente serían abatidos por la policía.
2012-Newton, Connecticut
27 muertos
>Adam Lanza, joven de 20 años, entró a la escuela Sandy Hook el 14 de diciembre de 2012 y disparó más de 150 balas de su rifle terminando con la vida de 20 niños y 6 adultos, tras lo cual se suicidó.
2007-Virginia Tech, Virginia
32 muertos
>Es la mayor matanza en una universidad en Estados Unidos. Un estudiante de nombre Seung-Hui Cho abrió fuego en contra de sus compañeros y profesores el 16 de abril de 2007, luego se suicidó. El saldo final fue de 32 fallecidos.