Como huella de la colonización, esclavitud y migración, la mayoría de países de América tienen una diversidad cultural que no se encuentra en otras regiones del mundo, no obstante, hay una nación pequeña en Sudamérica que destaca especialmente por albergar muchos grupos étnicos con orígenes diversos.
Su nombre es Surinam, antigua Guayana Holandesa, y cuenta tan sólo con 163 mil 820 kilómetros cuadrados de extensión territorial, es decir, este país es más pequeño que estados mexicanos como Chihuahua y Sonora, sin embargo, su territorio es suficiente para albergar templos de varias religiones y habitantes que hablan diferentes idiomas.
En este país sudamericano viven 563 mil personas, según los registro del Banco Mundial. El grupo étnico más grande está formado por indostanos y después sigue la población criolla, cimarrones, javaneses y personas de ascendencia mixta, de acuerdo al último censo del gobierno de Surinam. En esta nación también viven boeroes, guyaneses y brasileños.
Los indostanos son el mayor grupo de Surinam con un 27.3 por ciento del total de la población. Estas personas provienen en su mayoría de la India, especialmente de la región norteña de Bihar y de Uttar Pradesh.
Sus antepasados llegaron para trabajar en las compañías coloniales holandesas. Existe además un éxodo considerable más reciente de países como Trinidad y Tobago y Guyana.
Por otra parte, los criollos son alrededor del 17.7 por ciento de la población total de este país. Son el resultado del mestizaje entre los esclavos traídos por los colonos de la costa oeste de África y europeos, indígenas o asiáticos.
La mezcla se dio principalmente entre esclavos afrodescendientes y colonos europeos holandeses. Existe también una llegada más reciente de migrantes criollos de países como Guyana Francesa, Haití, Guyana y República Dominicana.
Los cimarrones son el 14.7 por ciento de los habitantes. Se trata de población esclava que huyó de sus captores a la selva. En el país sudamericano residen diversas etnias que forman parte de este grupo y muchas de ellas conservarn sus costumbres africanas.
Los javaneses representan el 14.6 por ciento de la población. Al igual que los indostanos, sus antepasados trabajaron para los grandes conglomerados coloniales.
A partir de esta diversidad de orígenes de su población se podría afirmar que Surinam es un país multicultural. La multiculturalidad es un concepto que alude a la existencia de diferentes culturas en un mismo espacio geográfico y social.
Multiculturalidad como resultado de la esclavitud
La nación centroamericana tiene una población multilingüe y multiétnica con raíces en África, Europa, Asia y América, de acuerdo a la investigación ‘Ethnic Group Boundaries in Multicultural Suriname’ de la maestra en comunicación intercultural Monique C. Menzo.
La maestra menciona en el documento que trescientos años de colonialismo holandés le dieron forma a la multiculturalidad del país. Surinam fue una colonia británica con esclavos y quedó bajo control holandés en el siglo XIX. La Compañía de las Indias Occidentales dirigía el tráfico holandés de esclavos de África, Brasil, el Caribe y Norteamérica.
Según la página oficial del gobierno de este país, la dominación holandesa en la época colonial se caracterizó por la trata de esclavos. Para mantener la economía de la plantación, los esclavos fueron tomados de ciertas partes de África. Los esclavos que escaparon de las plantaciones se asentaron en los bosques de Suriname y se llaman merodeadores o migas de Bosland. En 1863 la esclavitud fue abolida.
La maestra agrega en su texto que desde 1945, los diferentes grupos étnicos de Surinam se han puesto en contacto. Las personas que vivían en comunidades rurales con rasgos étnicos migraron a la capital del país, Paramaribo.
“La gente se fue de los distritos rurales para establecer su residencia permanente en Paramaribo. Debido a la competencia por los recursos escasos y las experiencias de discriminación, se reforzaron los límites étnicos”, escribe C. Menzo en su investigación.
La maestra deja claro en su pesquisa que Surinam es un país multicultural, sin embargo, aún falta mucho para que todas las etnias convivan en paz y logren intercambiar rasgos culturales.
Diferentes idiomas y religiones
Debido a que no se han mezclado las comunidades étnicas y existe un deseo de preservación cultural en la población, la ciudad consta con diversidad de grupos y cada uno mantiene su propio lenguaje comunitario. Según la página oficial del gobierno de Surinam, el holandés es el idioma oficial de este país y el sranan tongo también es un idioma común. Otros lenguajes que se hablan ampliamente son el javanés, el chino y varias vertientes del marront, tales como saramaccan y aukan.
La sociedad multiétnica también implica que existen diferentes religiones. El cristianismo es la más profesada y otras personas de este país siguen las creencias del hinduismo, el islam y otras religiones tradicionales como la fe winti.
En la capital del país es posible ver juntos un templo hindú, una sinagoga y la mezquita más grande de América Latina.
Todos estos elementos identitarios confirman que Surinam es un Estado multicultural. Este país ha tenido conflictos étnicos como cualquier nación del mundo, pero puede convertirse en un ejemplo para que otras naciones, sobre todo europeas, acepten que es posible una sociedad integrada por diferentes culturales y creencias.
Un presunto “Estado fallido”
Surinam regresó a la discusión internacional después de que su gobierno entregó una nota de protesta a Países Bajos como respuesta a unas declaraciones del ministro de Exteriores neerlandés Stef Blok, quien calificó a la antigua colonia holandesa de Estado fallido por su diversidad cultural.
“Dame un ejemplo de una sociedad multicultural donde la población indígena todavía viva y donde vivan pacíficamente en unión social. Yo no conozco ninguno”, dijo Blok en una reunión con trabajadores.
Uno de ellos sugirió Surinam y el ministro contestó que el país sudamericano es un Estado fallido y que esa situación se debe a su multiculturalidad.
“Admiro tu optimismo, pero Surinam es un Estado fallido, algo que está muy relacionado con su composición étnica”, concluyó el ministro.