Suiza aprueba por referéndum el matrimonio y la adopción de niños entre personas del mismo sexo

Luego de lanzar un referéndum en el que la mayoría de los ciudadanos suizos aprobó el matrimonio y la adopción de niños entre personas del mismo sexo, a los opositores no les queda nada por hacer, y al resto de los Estados que aún no toman esta decisión analizarla junto a su pueblo
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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Las y los ciudadanos de Suiza tienen un peso menos por cual preocuparse, principalmente las personas homosexuales. De ahora en adelante, cuentan con el apoyo de su gobierno y sociedad para casarse legalmente con sus respectivas parejas.

Pero no sólo eso, sino que las mujeres homosexuales, en pareja o solteras, podrán sumar nuevos miembros a su familia a través de la adopción o técnicas de reproducción asistida.

Esta decisión logró concretarse el pasado fin de semana, luego de que se llevó a cabo un referéndum que finalmente fue respaldado con el 64.1 por ciento de los votos.

“Esto es muy importante, porque Suiza es uno de los pocos países del mundo donde el matrimonio igualitario fue una decisión del pueblo y no solamente del gobierno o del Parlamento”, asegura Eric Mayoraz, embajador de Suiza en México.

A diferencia de otras naciones, en Suiza las reformas son aprobadas por sus propios ciudadanos cuando un partido político no está de acuerdo con la decisión del gobierno, en particular del Parlamento, por lo que emite un referéndum como sucedió en esta ocasión.

Y aunque la noticia del pasado 26 de septiembre representó un punto más para la comunidad LGBT de ese país, grupos religiosos y miembros de partidos políticos estaban en contra, como Monika Rueegger, del Partido Popular Suizo.

“No se trataba de amor y sentimientos, sino del bienestar de los niños. Los perdedores aquí son ellos”, declaró la también miembro del comité “No al matrimonio para todos”.

Bajo esa línea opositora, antes de la celebración del referéndum incluso se llegó a difundir una campaña en contra de la concepción y adopción entre parejas de mismo sexo, en la cual se mostraba la imagen de un bebé llorando acompañada de la frase: “¿Niños a la orden? No a la donación de esperma ni al matrimonio para todos”.

Ante estas posturas, es la maestra Norma Soto Castañeda, internacionalista de la Universidad La Salle, quien opina que lo que se debe hacer es tratar de generar una convivencia armónica, de tal manera que tanto los opositores como los partidarios del matrimonio y la adopción entre parejas homosexuales se respeten.

“Pese a las disposiciones legales, siento que lo más importante es la cuestión social, porque siempre va a haber un cierto rechazo, habrá grupos que nunca lo van a aceptar. Entonces, lo que se tiene que hacer es una convivencia armónica”, detalla.

A su vez, el embajador Mayoraz deja en claro que, a pesar de las opiniones opositoras que sigan existiendo, esos representantes ya no tienen nada qué hacer al respecto, pues la decisión final la tuvo el pueblo.

“Esa es una característica de la democracia directa en Suiza, que cada uno puede expresar su opinión, pero una vez que la mayoría decidió, la minoría lo acepta (…) Entonces, pueden seguir habiendo opositores a la ley de manera privada, pero ya no oponerse de manera oficial”, señala.

¿Incentivo internacional el caso de Suiza?

Con la aprobación del matrimonio igualitario, Suiza se convirtió en el trigésimo país del mundo en dar ese paso y el número 17 en Europa, dejando atrás a otros Estados del continente como Grecia, Italia y Liechtenstein.

Con ese panorama, aunque el referéndum suizo podría representar un incentivo para que otros países respeten uno de los principios de los derechos humanos al permitir a las personas formar una familia independientemente de su orientación sexual o identidad de género, la maestra Soto Castañeda sostiene que ese paso lo dará cada nación de manera unilateral.

“No creo que sea un incentivo, más bien la idea del matrimonio igualitario es una decisión unilateral de cada país, de sus propios legisladores que van discutiendo si se acepta o no, de cómo vayan avanzando las sociedades; entonces, no podemos decir que unos se adelantaron y otros se retrasaron, simplemente que van avanzando poco a poco”, declara.

Asimismo, el embajador Eric Mayoraz opina que cada Estado o pueblo es soberano en materia de leyes, y en ese sentido su país no puede darle lecciones a nadie.

Sin embargo, sostiene que, a pesar de eso, las cosas se mueven bastante rápido en el mundo en materia del reconocimiento de los derechos de las parejas del mismo sexo. Como en su país, que en 2007 era uno de los pioneros en favorecer la unión y 14 años después es uno de los últimos.

“Eso también se dio por la lentitud vinculada con nuestro sistema de democracia directa que toma más tiempo que en otros países, donde simplemente el gobierno o el Parlamento aprueban”, menciona.

De ese modo, se espera que a un futuro los países que no han legalizado la unión entre personas del mismo sexo, independientemente de su ubicación geográfica, se atreven a dar ese paso de la mano de la mayoría de sus ciudadanos.

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